INFORME FINAL

La Fiscalía, sobre el caso de abusos a menores de 4 años: “El testimonio de las niñas rezuma honestidad”

La Fiscalía, sobre el caso de abusos a menores de 4 años: “El testimonio de las niñas rezuma honestidad”
El fiscal, Leopoldo Sánchez
El fiscal, Leopoldo Sánchez
Considera “imposible” que dos niñas tan pequeñas se hayan puesto de acuerdo en un relato tan sórdido, más aún cuando la familia de una de ellas no sabía nada hasta que la Policía les avisó

La declaración de la primera niña denunciante, grabada en video por un equipo de psicólogos poco después de los presuntos abusos sufridos en el CEIP Ramón y Cajal, cuyo relato coincide en buena parte con el que posteriormente prestara su amiga, “es una “prueba contundente que rezuma honestidad, es imposible que sea el producto de una fabulación de la menor”.  "El vídeo es la única prueba que tenemos, pero vaya prueba". Por todo ello, y considerando los hechos probados, pide una condena de 15 años para el acusado.

Así lo cree el fiscal Leopoldo Sánchez y así lo ha reflejado en su informe final, centrando su argumentación en el peso de la acusación de las niñas. Más aun, ha subrayado, cuando relato de la primera niña denunciante, de solo 4 años, coincide en buena parte con la que su amiga, de la misma edad, hizo a la Policía. Aunque no llegó a declarar. “Se cerró en banda y no quisimos presionar”. Pero las dos señalan al mismo acusado, las dos hablan de que les daba besos en el cuarto de baño pero que era un secreto que no podía contar. La diferencia entre sus testimonios es que la primera menor añadió más detalles. Habló de tocamientos y de penetración con un bastoncillo —“un palito como el de las orejas”— que el agresor luego chupaba”.

La importancia de esta coincidencia estriba, ha subrayado el fiscal, en que la familia de la segunda menor no tenía conocimiento de los hechos. Fue la Policía, ha recordado la Fiscalía, quien se plantó en su casa un un sábado que no olvidarán, para para decirles que una amiga de su hija había denunciado posibles abusos sexuales en el colegio y había señalado que su pequeña era otra víctima. Ni la familia, ni mucho menos la niña, tenían intención alguna de denuncia. No conocían los hechos hasta que la Policía Nacional se lo comunicó, lo que hace imposible que se trate de un testimonio pactado. “No es posible que se hayan puesto de acuerdo para decir una mentira a tantas personas, a su edad es imposible”.

Lo retorcido del relato hace también difícil atribuírselo a una niña de cuatro años, ha insistido el fiscal. “Una menor de cuatro años carece de conocimiento de la sexualidad, menos aun de una conducta que raya con el fetichismo, según el DRAE, el uso de objetos inanimados para conseguír la excitación sexual, en este caso un palito, un bastoncillo. Ya sería raro que una menor de esa edad accediera a material  pornográfico, pero más raro es que una menor de 4 años haya accedido a contenidos sexuales de carácter fetichista”. Detalle al que el fiscal añadió los objetos sexuales, relacionados con el fetichismo, según el fiscal —esposas, dildos, vibradores…- hallados en el domicilio del acusado y que este alegó que los cogía de las revistas devueltas (FHM, Man, etc) cuando trabajaba en una conocida empresa local de distribución de prensa. 

La única duda puede estribar en que salvo en la prueba preconstituida, el relato de los hechos de las niñas siempre llega por fuentes indirectas, la madre, la abuela, tías, el pediatra…, admite Sánchez, pero rebate: “No puede ser de otra manera, su uso del lenguaje es el que es, escaso”. El fiscal tampoco cree relevante que no haya lesiones, habida cuenta que el presunto agresor usó un bastoncillo, pero sí pone el foco en los síntomas previos a la denuncia —enfado, llanto, tristeza, aislamiento, resistencia a ir al colegio, pesadillas— y los manifestados después, todos encajan con la somatización de un incidente traumático y son además, un "indicio de versolimitud".. 

La condición de vulnerabilidad social de la víctima es otro de los indicios. Para el fiscal, este tipo de menores de familias desestructuradas, con los padres ausentes y sin apenas vigilancia familiar son la víctima propicia en estos casos de pedofilia. Y descarta también la motivación económica, en especial de la familia que no sabía nada hasta que la Policía les alertó. La otra madre ha insistido en su testimonio que no busca dinero, “sino justicia”, para que no se lo vuelva a hacer a otras niñas. Además, sobre la indemnización, recuerda Sánchez apuntando la sentencia del Lope de Vega, la cantidad con la que se indemniza en estos casos no saca de la pobreza nadie, ni a la familia más pobre. 

La acusación particular, que reclama también una sentencia condenatoria, destaca que los psicólogos certifican que “la niña ni miente ni fabula. Hay una verosimilitud en el testimonio de la menor. En este caso particular, se encontró una sintomatología compatible con las consecuencia los daños colaterales de los hechos denunciados. Ese nexo causal lo podemos ver en que esa menor tiene esa sintomatología desde que el momento en el que el profesor se incorpora a su centro, lo asocia a ese momento, dos o tres meses. El curso empieza en septiembre y los hechos se denuncian febrero”. Síntomas que, ha subrayado, remiten cuando el profesor es apartado de las clases”. Además, insiste como hiciera el fiscal, la declaración de la víctima puede ser prueba de cargo cuando se realiza con las debidas condiciones, como así fue.

La Fiscalía, sobre el caso de abusos a menores de 4 años: “El testimonio de las niñas rezuma honestidad”


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