ASALTAR LA FRONTERA AL SALIR DE CLASE

“Han mandado autobuses a los colegios, los niños pensaban que iban de excursión"

“Han mandado autobuses a los colegios, los niños pensaban que iban de excursión"
Menores
Menores cenando pizza en el Paseo de la Marina.

Desde el lunes han llegado a Ceuta entre 1.500 y 2.000 menores, una cifra difícil de precisar por dos motivos. Uno, la dificultad de verificar la mayoría o no de edad en el límite de los 16-18 años. El otro motivo es que nadie en Ceuta es capaz de dar una cifra de las personas que realmente accedieron a Ceuta desde el lunes, menos aún concretar cuántos eran menores. Las cifras oficiales hablan de más de 8.000 personas. Las escenas vividas en la frontera —donde se llegó a registrar un flujo de entrada de hasta 90 personas por minuto— y la estampa de la ciudad autónoma durante estos tres días invitan a pensar que esa cifra puede haber sido muy superior, muy por encima de los 12.000.

Pero no todos los que entraron lo hicieron con la misma motivación, ni siquiera todos con el mismo conocimiento de causa. Muchos fueron donde iban todos, “venían como a una fiesta”, explica una voluntaria. Otros, como bien saben los ceutíes desde hace muchos años, sabían a lo que venían: a hacer “risky”, esto es, tratar de colarse en uno de los ferry que cruzan a la Península. Son los que ahora deambulan por el puerto, una escena tristemente habitual en Ceuta, aunque estos días multiplicada a la enésima potencia.

Pero hay un tercer perfil en esta gran evasión de chavales de Castillejos: los que asi podría decirse que captados a la puerta del colegio, fletando incluso autobuses para llevarlos de “excursión”. Un dato que da un matiz aun más truculento a la maniobra de Marruecos para presionar a España desestabilizando Ceuta. 

Es el caso de una de luna familia de Castillejos que desde la mañana del martes buscaba desesperada a su hija, desaparecida el lunes. La llamada de auxilio llegó hasta una voluntaria a la que aun le cuesta dormir, “con las imágenes de esa noche todavía en la cabeza” y prefiere mantenerse en el anonimato. “Llamó diciendo que a su hija se la han traído a Ceuta desde el colegio, pedía ayuda para tratar de localizarla, envió fotos y copia del pasaporte”, explica, “Contaba que han mandado autobuses a los colegios en Marruecos, los niños pensaban que iban de excursión". La historia acabó en final feliz. La niña regresó a casa en la noche del miércoles, la llevó la policía marroquí después de que regresara de forma voluntaria como tantos otros.

Una historia que corrobora Saida, 58 años, vecina de Castillejos: muchos de los que cruzaron el lunes vinieron directos desde el colegio al espigón del Tarajal, “en autobús”. Saida, empleada de hogar en Ceuta, cuyos hijos viven en Tetuán, ha pasado dos días en vilo. A su hija pequeña la tenía localizada, ella no se había sumado a la aventura, pero su hijo mayor no daba señales de vida después de salir del colegio. También en este caso la historia tuvo final feliz, su primogénito había vuelto a casa. Fue uno de los que llegó tarde y se encontró ya con la Legión a pie de espigón. No es el caso de la que era vecina de Saida en Castillejos, llamada también Saida. “Me llamó llorando, que no encontraba a su hijo, que lo buscara por favor, pero no lo hemos encontrado, no sabemos nada. Su hijo es ya grande ,no es un niño chico”.

En estos dos últimos días, son muchas las familias de las localidades marroquíes cercanas a la frontera que se han puesto en contacto con ceutíes para tratar de localizar a sus hijos. Tanto es así que el Área de Menores de la Ciudad, ha habilitado un número de teléfono (956 51 24 13) para que las familias marroquíes que se encuentren buscando a sus hijos ante la posibilidad de que hubieran cruzado a Ceuta desde el pasado lunes, puedan ponerse en contacto con el Servicio de Protección a la Infancia de la Ciudad para que, una vez que los menores sean filiados y se inicie el correspondiente expediente de acogida temporal, pueda producirse el reagrupamiento familiar.

Mientras, el éxodo a la inversa sigue este jueves y poco a poco vuelve la normalidad a la frontera y a las calles de Ceuta. “Buenos días. Noche sin incidencias. No se han producido entradas”, reportaba a las 8.30 horas de la mañana la Delegación de Gobierno en Ceuta. Solo tres vehículos blindados, los imponentes BMR del Tercio Duque de Alba 2º de la Legión, vigilan ya el espigón, primer indicio de que la marea ha bajado. El otro indicio de que la marea va bajando poco a poco está en la N-352, la flamante carretera nacional remodelada y ampliada en 2020 para mejorar los accesos a la frontera y por la que ahora regresan en goteo los chavales marroquíes que, tras tres días buscándose la vida en Ceuta regresan a su casa, convencidos al fin de que poco más pueden hacer en Ceuta. “No hace falta echarles, se van ellos solos aburridos”, comenta jocoso un agente de la Policía Local, que aun conserva el sentido del humor pese a llevar demasiadas horas de trabajo a la espalda desde que el lunes una avalancha de marroquíes pusiera la ciudad patas arriba. 

“Han mandado autobuses a los colegios, los niños pensaban que iban de excursión"


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