Tarde de sobresaltos en Ceuta sin mayor repercusión ni daño. Varios bañistas en la playa del Tarajal han sido sobresaltados durante su jornada de playa por, según refieren, los disparos que habrían efectuado agentes de la Policía Nacional para proceder a la detención de un sospechoso.

Uno de esos testigos describe la situación así: “Niños llorando, muchos policías y guardias civiles. La policia para detener a dos chicos han disparado a estos que se habían introducido en el agua. Pánico de la gente que estábamos allí”.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en contacto con el operativo policial han confirmado la detención, en singular, sin que conste ningún disparo, y la han relacionado con un delito menor, sin dar más detalles dado que la investigación aún continúa abierta.

No es la única zozobra vivida esta tarde en Ceuta. Las detenciones de supuestos yihadistas han hecho cundir el pánico y la Gran Vía ha vivido esta tarde una situación parecida a la que ya se vivió en su día pocos días después de la Operación Duna. En aquel entonces con planos de los barcos y del recinto ferial en manos de los supuestos terroristas, una maleta abandonada en la Gran Vía provocó la intervención de los artificieros de la Policía Nacional, sin que la realidad correspondiera a la alarma. Exactamente como hoy.

Aquel día, el ya ex secretario del SUP, Andrés Carrera, con más sentido común que otra cosa y un puntito de temeridad despachó el asunto pegándole una patada a la maleta sospechosa.

Hoy como aquel día, la maleta abandonada en el lado de la Gran Vía del paso de peatones más transitado de Ceuta ha obligado a intervenir a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Se ha acordonado la zona y desalojado algunas zonas. Para comprobar poco después que en la maleta abandonada lo único que había era ropa, según ha confirmado la propia Delegación del Gobierno.

Dos sustos en una misma tarde en una ciudad que respira preocupada desde que sabe que algunos de sus convecinos trabajaban supuestamente para Al Qaeda y que el cabecilla de la trama de captación desarticulada está en busca y captura. Pánico, probablemente injustificado y fruto de la tensión excesiva que ha provocado en la ciudadanía las recientes detenciones. Pero como en el cuento del Lobo, las precauciones no están de más.