Las autoridades prevén, no obstante, mantener de momento “sine die” el dispositivo de agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y las unidades militares desplegado en el entorno de la playa y la frontera del Tarajal para evitar nuevas incursiones.
La Gendarmería y las Fuerzas auxiliares del país vecino han extremado con cargas los controles que comenzaron a instalar el martes por la mañana para evitar el acceso a Castillejos y Beliones, las localidades limítrofes con el vallado español, y a los espigones marítimos que bordeaban para entrar en Ceuta a nado.
Durante la noche se han registrado algaradas sobre todo en Castillejos con los menores desplazados desde distintos puntos de Marruecos para intentar colarse a la ciudad española, así como apedreamientos, la quema de motocicletas y la rotura de cristales de automóviles y autobuses.