JUICIO

El rastro del ex profesor de Agustinos en Whatsapp

El rastro del ex profesor de Agustinos en Whatsapp
El acusado, junto a los abogados de la defensa y la acusación particular, escuchan una declaración por videoconferencia
El acusado, junto a los abogados de la defensa y la acusación particular, escuchan una declaración por videoconferencia

Cuando los agentes de la Guardia Civil entraron en el domicilio del ex profesor de Agustinos acusado de varios delitos relacionados con menores de edad, tenían claro lo que buscaban: pornografía infantil; y dónde buscarla: en los dispositivos móviles del acusado. Y tenía unos cuantos: un portátil iMac, un Sony Vaio, otro portátil estropeado, dos iPad y un iPhone, así como dispositivos de almacenamiento y tarrinas de discos compactos. 

“El ordenador iMac lo tenía en su habituación, le pedí las claves para entrar y ahí se encontraron tres fotografías”, recordaba el agente de la Guardia Civil encargado del registro de los dispositivos del acusado. “Yo mismo llevé los dispositivos a Madrid, no sé si en coche o en tren, no me acuerdo bien porque voy muchas veces, pero no suelto nunca las evidencias. Se clonaron allí pero en todo momento los tuve conmigo, no desaparecen de mis manos”.

Pero más allá de las fotos, muchas de ellas de sus alumnos ‘especiales’ desnudos o en bañador, y que todos los acusados han reconocido sin ambages (aunque insistiendo que era por voluntad propia), la mayor fuente de información para el Ministerio Fiscal ha sido la aplicación de mensajería móvil WhatsApp del teléfono del acusado. En el timeline de WhatsApp no solo había imágenes y vídeos subidos de tono, enviados por los alumnos o en ocasiones sugeridos por el profesor, la Guardia Civil también encontró muchas conversaciones que ponen en contexto no solo las imágenes halladas, sino también la relación del acusado con sus alumnos, entonces menores de edad. Conversaciones que muchas del ellas ha leído la fiscal durante la vista.

Conversaciones en algunos casos equivocas, bordeando la insinuación, y otras veces más directas, que en varias ocasiones a lo largo del juicio han servido para poner de manifiesto contradicciones en los testimonios de los testigos. “Esos calzoncillos son bonitos y cómodos —escribía el acusado a uno de sus alumnos—.Un poco más atrás se ve mejor”. Esta conversación giraba en torno a una fotografía en la que el alumno entonces menor, posaba en calzoncillos en casa del profesor. Un episodio que el testigo no recordaba pero al que la conversación de WhatsApp refrescó la memoria: “No me acordaba”, admitió el testigo.

El acusado, pese a su edad, hacía las veces de amigo y confidente, también en temas sexuales, como han dejado claro muchos testigos. Así queda reflejado en la conversación de uno de sus alumnos que acababa de tener relaciones sexuales con su novia: 

Alumno: He hecho una cosa. 

Profesor: ¿Y eso, chato?

A: He follado

P: ¿Sí?

A: Si. Ha venido mi novia a casa

P: Jajajaja

A: Te lo juro

P: Qué tío

A: ¡Dios cómo se mueve! (Emoticono de mono tapándose la cara) Se mueve super bien y me ha dicho que le encanta como follo

P: Te habrás puesto condón

A: No

P: ¿Qué dices?

A: Ella es alérgica los condones

En otra de las conversaciones, de las muchas intervenidas, el acusado carga un poco más de intención sus mensajes. En el chat, el alumno dice a su profesor que ya es tarde y se va a la cama:

Alumno: A descansar

Profesor: Y un buen masaje

A: Pues llamaré a alguna niña para que me dé un masaje

P: Las niñas no los dan bien, jajajaja

Pero la más subida de tono de entre las que ha leído la fiscal, la más explícita y directa, es la que mantiene con un ex alumno, treintañero en el momento de la conversación pero con referencias a cuando era niño. 

Alumno: Siempre se me ponía durísima cuando me depilabas de pequeño

Profesor: Yo me acuerdo de la vez con X, una vez que nos pusiste en el cuarto del ordenador, nos retiraste los dos

A: Si, si

P: Qué memoria tienes, digo

A: Con la cámara pequeña que tenías nos hiciste fotos

Un ex alumno, este último, con el que hay evidencias de que hubiera transferencias económicas a cambio de vídeos eróticos cuando ya era mayor de edad. Al menos en una conversación de Whatsapp “regateaba” con el ex docente de Agustinos el precio de un vídeo suyo masturbándose. Si el testigo admitía sus negocios o no quedará solo para el conocimiento del Tribunal, que fue el único en escucharlo. “¿Es pertinente la pregunta? No sé quién está en la sala escuchando y no me siento cómodo hablando de mi vida privada”, alegó el testigo. Finalmente, con la venia de las partes, a petición del testigo esa parte del interrogatorio se llevó a cabo a puerta cerrada para proteger la intimidad del declarante. 

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