Una doctora fue agredida este jueves 11 de agosto en el Centro de Salud del Tarajal, denunció y se está tramitando el juicio de los hechos. Un paciente fue el atacante, que como explicó la médica a las autoridades, entró a la consulta alterado y en actitud violenta. Por ello, un vigilante de seguridad y un responsable de la administración del lugar tuvieron que acompañar al paciente en todo momento. 

El paciente acudió con una medicación y exigió a la médico que le realizara una receta de las mismas, sin aportar informe médico de su diagnóstico ni tratamiento. La profesional sanitaria le explicó que no era posible, y le informó de las opciones que tenía para mandar la documentación con la que se podría hacer la receta. 

Ante la negativa, el paciente se levantó y se aproximó para agredir a la médico. El vigilante y el responsable administrativo pararon al paciente, aunque este agarró una camilla e intentó tirársela. En la denuncia se explica que no paró de gritar en ningún momento y de actuar de forma violenta y que tuvo que acudir la policía nacional. 

Tanto el vigilante como el administrativo también han denunciado los hechos, y explican cómo ya entró en una actitud beligerante al centro de salud. 

El caso se ha llevado a juicio, que se ha desarrollado en la mañana de hoy día 12. La particularidad del hecho se encuadraría en un delito de atentado contra la autoridad aplicado a los médicos. Esto se recoge en el artículo 550 del Código Penal, que considera este delito en el momento en el que se agrede a un médico cuando se encuentra ejerciendo sus funciones profesionales, es decir, en su lugar y horario de trabajo profesional, vistiendo su uniformidad y realizando sus funciones en el sistema sanitario público. El abogado del sindicato médico, D. José Vázquez Ávila, que está llevando el caso, explica que por estos hechos el Código Penal establece unas penas privativas de libertad de seis meses a tres años.

El Sindicato Médico de Ceuta quiere subrayar que los profesionales sanitarios siguen sufriendo ataques durante sus jornadas laborales, y quieren que se conciencie de la labor que hacen por la población, y que como mínimo, se les debe de tratar sin violencia. Por lo que piden a las autoridades y a la propia sociedad que sean tajantes contra este tipo de actitudes.