Sucedió en Barbate, Cádiz, pero el dolor y la conmoción por el fallecimiento en servicio de  los dos miembros de la Guardia Civil arrollados por una narcolancha el pasado 9 de febrero ha resonado con fuerza en Ceuta.

En su memoria han guardado un minuto de silencio decenas de representantes de las administraciones públicas, el Ejército y la Iglesia, así como de varios Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que se han reunido este lunes como "muestra de apoyo y solidaridad hacia las familias" de los dos agentes.

Los sesenta segundos han sido largos. Frente a las puertas del Palacio de la Asamblea se han reunido los miembros de todos y cada uno de los partidos políticos con representación en la Ciudad. También integrantes de la Policía Nacional, la Comandancia General y, por supuesto, la Benemérita.

Tan solo las campanas de Santa María de África han roto el silencio en la plaza. Varios gritos de "¡Viva la Guardia Civil!" y un sonoro aplauso han dado por finalizado el solemne acto.

Ellos eran David Pérez (43 años, Navarra) y Miguel Ángel Gónzález (39 años, San Fernando). El primero, miembro del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, estaba casado y era padre de dos hijos de ocho y diez años; el segundo pertenecía a los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS), tenía pareja y una hija.

La colisión intencionada de una narcolancha de catorce metros de eslora contra la embarcación en la que navegaban junto a otros cuatro compañeros del cuerpo acabó con su vida y mantiene a otro de los agentes en coma. Un tercero fue herido, aunque no con gravedad.

Hasta el momento, la Guardia Civil ha detenido a ocho personas presuntamente implicadas en el incidente.