Ceuta completó en 2018 el quinto año consecutivo con salto migratorio interprovincial negativo. Desde 2013 cada semestre se ha cerrado invariablemente y de forma creciente con más caballas que habían hecho las maletas en dirección a otros puntos de España (sobre todo Cádiz, Málaga y Madrid) que ciudadanos decididos a fijar su residencia a la ciudad autónoma y abandonar otra localidad nacional.

Durante el último lustro se han ido desde Ceuta a otros puntos del país 2.827 personas más de las que han seguido un camino inverso. Los saldos han sido especialmente negativos en los grupos con entre 25 y 29 años de edad (-369) y con entre 30 y 34 (-440).

Según los datos que ha publicado este martes el INE, el año pasado el saldo negativo interior se elevó en 2018 a 704 personas. Incluso también fueron más, concretamente 105, las personas que se mudaron al extranjero en comparación con las que llegaron de otros países. Solo el saldo vegetativo, el resultado de sumar a los nacimientos las muertes, fue positivo (445).

Con esos tres factores, la población de Ceuta se situaba a principios de este año en 84.843 personas, ligeramente por debajo (-0,43%) que doce meses atrás (85.209).

Curiosamente, Ceuta fue la única región del país en la que el saldo migratorio con el extranjero fue negativo. En términos interprovinciales, la capital, la Comunidad Valenciana y Baleares son las Autonomías que más población ganan. Andalucía, Castilla y León y Extremadura son las que más pierden.

Entre junio y diciembre del año pasado se fueron de la ciudad a otras provincias 1.247 residentes (524 mujeres y 723 hombres), más que nunca en los veinte últimos semestres. A Cádiz lo hicieron 265, 210 a Málaga y 139 a Madrid.