El consejero de Sanidad del Gobierno de Ceuta, Javier Guerrero, se ha reunido este lunes con los responsables de la Comandancia General local para formalizar la petición de rastreadores de Defensa que refuercen la plantilla de la Ciudad de diez trabajadores (el INGESA cuenta con otros ocho) encargados de la búsqueda y seguimiento de contactos estrechos de positivos de coronavirus, así como para pedir ayuda a los militares para activar un plan de choque de desinfección de las instalaciones escolares antes del inicio de la actividad lectiva en los centros, previsto para el 10 de septiembre.

Según ha indicado el portavoz del Ejecutivo local, Alberto Gaitán, el contingente de personal castrense formado para la localización de posibles contagiados de la COVID-19 que necesitaría la Administración local no se ha concretado todavía.

En paralelo, el Gobierno de Vivas ha contactado con la UGR para disponer también de estudiantes de último curso de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud del Campus local como refuerzo adicional en una de las tareas que en estos momentos se considera crucial para hacer frente con éxito a la propagación del virus.

Sobre el apoyo para la desinfección de los centros, ese es uno de los servicios que la Ciudad pretendía incluir en el Decreto de emergencia que está preparando para, además, incorporar personal sanitario de Cruz Roja a los centros hasta la entrada en funcionamiento del Plan de Empleo, reforzar las labores de limpieza ordinaria de los colegios y la adquisición de mascarillas e hidrogeles para la comunidad educativa.

Con respecto a la posible petición de un estado de alarma limitado a la ciudad, solicitud que sigue pendiente de un informe de la Secretaría General de la Asamblea sobre si la Administración local podría formularla con su rango institucional sin ser Comunidad Autónoma, Gaitán ha manifestado que solo se plantea en caso de que la evolución de la pandemia en la ciudad alcanzase ratios peores que las medias nacionales en términos de casos activos y, sobre todo, de saturación de la capacidad del Hospital Universitario, donde actualmente solo hay tres personas en aislamiento en Urgencias y ninguna en la UCI.