Casi dos años después de incorporar el primer coche híbrido al parque móvil de la Policía Local, la Consejería de Gobernación ha licitado el suministro de cinco vehículos patrulla con motor de gasolina y un furgón para la UIR con el fin de “mejorar” la dotación del Cuerpo y que sus agentes puedan “desarrollar satisfactoriamente las funciones que cada uno tienen encomendadas”.

El precio del contrato asciende a 191.000 euros, 120.000 para la compra de cinco coches patrulla (en octubre se abortó un concurso con idéntico importe para adquirir media docena) y hasta 71.000 para equipar a la Unidad de Intervención Rápida (UIR) con un nuevo furgón con capacidad para transportar un mínimo de 8 agentes (incluido conductor).

El departamento que lidera Javier Guerrero ha optado por un procedimiento ordinario y abierto con el objetivo  de “promover la mayor concurrencia de licitadores posible, para disponer de una oferta adecuada y para así garantizar la prestación del servicio de una forma óptima”. Los criterios de adjudicación son dos: un 70% pesará el precio que oferten las licitadoras y un 30% las mejoras que aporten.

Entre estas últimas se valorará (con hasta seis puntos) el aumento del plazo de garantía por encima de dos años en el vehículo y sus elementos, equipos y opciones. Con hasta 16 puntos se tendrá en cuenta que se añada a los coches airbags laterales delanteros, sensores para aparcar, cámara de visión trasera o climatizador. Por cada cinco caballos adicionales a partir de los 95 de potencia que se establecen como mínimo para los coches patrulla o de los 160 para el furgón se concederá un punto de valoración hasta un máximo de cuatro.

Los vehículos deberán entregarse a la Administración local en el plazo de cuatro meses a partir de la adjudicación de la licitación, pero los pliegos contemplan dar hasta cuatro puntos extra por adelantar su puesta a disposición de la Policía Local (uno por cada quince días).