Cuentos


Yo no puedo tener un verso dulce que anestesie el llanto de los niños y mueva suavemente las hamacas como una brisa esclava. Porque yo no he venido aquí a hacer dormir a nadie. Siempre me gustó León Felipe, empecé a leerlo con dieciséis  años , alguien me trajo su Antología Rota de una editorial [...]

Yo no puedo tener un verso dulce
que anestesie el llanto de los niños
y mueva suavemente las hamacas como una brisa esclava.
Porque yo no he venido aquí a hacer dormir a nadie.

Siempre me gustó León Felipe, empecé a leerlo con dieciséis  años , alguien me trajo su Antología Rota de una editorial hispanoamericana y me enganché. Recuerdo aquello que decía que el hombre era el resultado de la cópula  oscura de la arcilla y el viento.

Entendí que hay que ser romero siempre para que no se te haga callo el alma, que don Quijote cabalga solo por la Mancha y que de ser piedra quería serlo de camino o de arroyo.

Nos precedía en las manifestaciones, nos lo ponían en los conciertos, llenaba las fachadas… curiosamente murió fuera de España. Era fuerte, arrebatado, pasional escribiendo, mucho más cuando dejó el soneto y las demás estrofas de la moda de su generación.

Esta tarde he tenido una buena ración de cabronina ceutí ,  como diría mi amigo Juanjo y este poema me ha venido a la cabeza:

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.



Posted originally: 2011-10-13 23:16:52

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