CONCIERTO

El espíritu de Freddy Mercury reina en las Murallas Reales

El espíritu de Freddy Mercury reina en las Murallas Reales

El Patio de Armas del Conjunto Monumental de las Murallas Reales lucía este martes el aforo de las grandes ocasiones, esas en las que llega un triunfito. Pero esta vez no era un ex concursante de reality, ni tan siquiera un cantante de éxito, era tan solo un espíritu. El espíritu de un icono del siglo XX, capaz de resurgir casi tres décadas después de su muerte: Freddie Mercury

Su solo recuerdo bastó para llenar las Murallas Reales, guiados por una impecable banda tributo argentina, God Save the Queen, capaz de mantener la ilusión de un concierto de la mítica banda británica. Eso sí, una ilusión que solo se mantiene con los ojos abiertos, si los cierras se evapora.  Pablo Padín, vocalista, es capaz de transfigurarse en el Farrokh Bulsara del escenario, con su singular contoneo y esa chulería inconfundible capaz de hipnotizar estadios, aunque su garganta no alcance, ni de lejos, la potencia mágica de Mercury. Carencia más que disculpable, la voz de Queen es inimitable e inalcanzable y la de Padín cumple con creces. A su lado, Francisco Calgaro (guitarra), con la peluca de Brian May incluida, Matías Albornoz (batería) and Ezequiel Tibaldo (bajo) ofrecieron un espectáculo intachable en el que recorrieron la biografía musical de Queen para deleite  de un público que no cesaba de repetir con admiración: "cómo suenan”.

La banda tributo argentina es una máquina casi perfecta –no en vano cuenta con el aval de la madre de Freddie Mercury- y convenció a un público entregado y variopinto, que se reunió en tono a su nostalgia, coincidiendo en el patio de armas viejos rockeros, pijos acuarentados y milenials que han descubierto a Queen en su versión cinematográfica.  Todos juntos demostraron que, aunque agonizante, el rock no ha muerto. Larga vida a la Reina.

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