El rey Mohamed VI concedió el primer domingo de abril la gracia real a 5.654 presos como medida preventiva para evitar la expansión del coronavirus. El indulto, anunciaba el Ministerio de Industria, se otorgaría de forma progresiva y los presos se seleccionarían “en función de criterios humanos y estrictamente objetivos, teniendo en cuenta su edad, su estado de salud precario y la duración de su detención, así como la buena conducta, el buen comportamiento y la disciplina que han mostrado a lo largo de su encarcelamiento”. 

Ocho días después, familiares de presos españoles, siguen esperando noticias y temen que los reos españoles estén quedando fuera de los indultos y piden "clemencia" al Rey de Marruecos. “Y el consulado no nos hace caso”, lamenta una familiar a Ceuta al Día desde Campo Gibraltar, insistiendo en que muchos de los casos son “por tonterías”. La preocupación ha crecido entre las familias de los más de 200 presos españoles, más si cabe desde que se activara el estado de alarma también en Marruecos. Tras el cierre de la frontera y la suspensión de conexiones marítimas y aéreas con Marruecos, las visitas son impensables y ni tan siquiera pueden enviar comida.

La organización Amnistía Internacional (AI) ha pedido también al Gobierno de Marruecos la liberación "inmediata e incondicional" de los presos de opinión de las cárceles marroquíes para evitar la propagación del coronavirus en medios cerrados como son las cárceles. Según cálculos de AI hay más de un centenar de presos de conciencia en Marruecos.  En la actualidad hay más de 85.000 reos que superan en un 37% la capacidad de las prisiones. El 40% de ellos está detenido de forma preventiva.