Aún resuena el eco de la oferta de empleo de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV) para cubrir dos plazas en las Brigadas Verdes (BBVV). Oferta que publicó en su web la Federación y que difundió el pasado viernes 16 de agosto desde su cuenta de Twitter el líder de Caballas, Mohamed Alí. Y comenzó el pitote. Poco después Vox reclamaba a la FPAV que hiciera público y transparente el proceso de contratación. Ese mismo día, a través de un diario local, el presidente de la federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, Francisco García Segado, anunciaba la anulación de las dos ofertas de empleo alegando “acoso”. Y no habrá más ofertas de empleo en las Brigadas Verdes, al menos de momento.

Seis días después del alboroto, este pasado miércoles, la consejera de Fomento, Kissy Chandiramani, acompañada por el controlador de barriadas socialista, Antonio Muñiz, y el diputado del PSOE, Juan Gutiérrez, se reunían con García Segado para prohibir expresamente a la FPAV la convocatoria de ofertas de empleo en las Brigadas Verdes en tanto en cuanto no se aclare su situación financiera, lo que calcula el presidente de la FPAV, tardaría “dos o tres meses”. Por otro lado,  García Segado defiende la legalidad de la convocatoria, realizada “según la Ley de Subvenciones”, publicada en su página web y vigilada por una comisión “transparente” y sin rastros de parentesco. García Segado asegura, además, que la contratación está justificada y en ningún caso supera el máximo de trabajadores (154) que pueden tener las BBVV. En la actualidad la plantilla está formada por 147 trabajadores, tras varios fallecimientos, jubilaciones o despidos.

Una reunión que García Segado aprovechó además para poner sobre la mesa una propuesta que, asegura, la consejera de Fomento “no vio con malos ojos” aunque entiende que es complejo. “Pedí al Gobierno que asuma la gestión de las Brigadas Verdes", explica.

Una plantilla envejecida

La necesidad de nuevas incorporaciones es urgente, insiste García Segado, señalando la avanzada edad media de la plantilla, a la que a corto plazo le esperan entre 20 y 30 jubilaciones, con trabajadores incluso de 74 años, cuyo convenio les permite seguir trabajando hasta que su pensión de jubilación alcance el mínimo.

Un problema que condiciona el día a día, admite García Segado, señalando que “el trabajo es más lento”. “Hemos hecho un trabajo impresionante en el cementerio cristiano y en el hebreo y ahora estamos en las barriadas, pero sí tengo que decir a mis trabajadores que trabajen más rápido”. La edad pasa factura,

El misterio de la deuda de la FPAV

Faltan apenas diez meses para que expire el mandato de García Segado en la FPAV y, lamenta, aún está a la espera de la auditoría de las cuentas de la anterior directiva, un informe que lleva tres años “en manos de los abogados” y que asegura que estará listo para llevar ante la Justicia este próximo mes de septiembre.