Juan Redondo

Quizá este movimiento de Tragsa sea el comienzo del final de las Brigadas verdes y Obimace, si no, que alguien me explique a que ha venido ahora este cambio tan radical. No se sabe muy bien, si este ha sido por iniciativa propia de la Ciudad o más bien impuesto por algún ente superior, movido por el interés que genera las cantidades económicas que estás dos empresas generan.

Parece claro que hay alguien muy interesado en hacerse con el control de estas, pero lo que hay que tener en cuenta es que tanto Obimace como las Brigadas se componen de más de trescientas personas y como se da el caso de que una está municipalizada y la otra se mueve por convenio con la Federación de Vecinos, no parece muy difícil que estos cumplan sus pretensiones para con su futuro, pues al fin y al cabo las tareas encomendadas a Tragsa se encuentran dentro de las actividades que hasta el momento, venían desarrollando tanto en materia medioambiental como de la construcción, Obimace y las Brigadas Verdes.

De ahí mi pregunta, ¿a que viene esta decisión ahora? pues en principio si no existieran los dos entes arriba mencionados, seria hasta normal, pero dándose la actual situación resulta bastante extraño. En todo este asunto hay, desde luego, algo que no cuadra, y es posible que ese sea el motivo por el que algunos partidos, con especial intereses en el tema, hayan sacado este asunto a la opinión publica, No obstante no debemos olvidar que algunos de estos grupos políticos han utilizado durante muchos años estas empresas para obtener un clientelismo político que les beneficiara en los distintos procesos electorales a los que se iban presentando.

Como se podrán imaginar, en todo esto hay algo que no esta muy claro y parece ser que como siempre ocurre, detrás de todo esto siempre están los mismos, que no son otros que aquellos acostumbrados a llevarse las contratas o como en este caso ya ni tan siquiera molestándose en realizar la contrata, sino directamente marchando a tumba abierta con la única idea de saquear las arcas publicas y sin necesidad de que haya bodas de por medio.

De hecho esto en un aviso para navegantes y los sindicatos tenían que ponerse las pilas y prevenir que esto no ocurra, pues en en el caso de las brigadas verdes, la cosa se complica, siendo mucho más vulnerable que Obimace, al estructurarse mediante convenios revisable. Con lo que un simple cambio en la relación contractual que ahora tienen, podría eliminarlos de un plumazo a través de una política de hechos consumados.

Es cierto que luego podrán protestar y hacer manifestaciones delante del Ayuntamiento, pero sus adversarios que en este caso serán los que tienen el poder de decidir, argumentaran que el servicio está cubierto con este procedimiento que se han sacado de la manga, es más, de hecho Tragsa ya esta haciendo trabajos que antes tenían asignado estas brigadas, así que en este caso habrá que recurrir a aquello de que cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas remojar.