DENUNCIA PÚBLICA

Los vigilantes del CETI alzan la voz para denunciar la tensión en su rutina: agresiones, amenazas, apedreamientos

Los vigilantes del CETI alzan la voz para denunciar la tensión en su rutina: agresiones, amenazas, apedreamientos
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La situación en el centro empieza a ser insoportable./archivo

Es un no podemos más en toda regla. El personal de seguridad del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes ha alzado la voz a través del sindicato Comisiones Obreras de Ceuta para denunciar la situación de tensión rutinaria en la que la pandemia ha convertido su trabajo. Viven el día a día entre “intentos de agresiones físicas, agresiones verbales, desplantes, amenazas, apedreamientos, etc”, según recoge un comunicado del sindicato. Violencia habitual, según refieren: “Se ha convertido en una situación habitual que parte de los residentes vuelvan al centro con signos de embriaguez y que provoquen incidentes a diario”.

Y esa ‘nueva normalidad’ la achacan a la pandemia, que “ha supuesto en la práctica una reducción considerable en las salidas de los residentes hacia la península, que está generando una frustración generalizada entre esas personas”.

Sufren esta situación “desde hace tiempo”. Han puesto cada incidente en manos de la Dirección del centro. Reconocen que “se han tomado decisiones disciplinarias”, pero “no han servido para reducir la tensión, ni para rebajar los incidentes y su gravedad”.

Y aclaran que ellos trabajan “conforme a instrucciones que recibimos de la Dirección del CETI, y de la propia empresa concesionaria del Servicio, sin que en ningún momento, impongamos protocolos de actuación y rutinas propias, sino las diseñadas por nuestros superiores y estamos en una situación de absoluta desprotección y también con una falta de respaldo, no siendo estas las mejores condiciones para poder desarrollar nuestra misión”.

Es por eso que han optado por hacer pública su delicada situación para que la ciudadanía tenga conocimiento de ella y de paso que la Administración “adopte las medidas necesarias, que protejan nuestro trabajo y nuestra integridad física”, termina su carta.

Los vigilantes del CETI alzan la voz para denunciar la tensión en su rutina: agresiones, amenazas, apedreamientos


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