El nigeriano con posible ébola no tenía ni fiebre


El nigeriano con posible ébola no tenía ni fiebre

- Casi a diario se presenta algún caso que en su primera apariencia aconseja a extremar precauciones por si acaso, sin que finalmente sea nada

- Delegación e Ingesa guardan silencio ante la portada de un diario este domingo que hace cundir el pánico hacia la población migrante

- El trasladado ayer al hospital entre trajes de aislamiento no pasó del triaje, al ponerle el termómetro dio 36 grados y se envió directamente al CETI

Es Ceuta una ciudad pequeña en la que las noticias vuelan de móvil en móvil sin necesidad apenas de que ningún medio de comunicación intervenga en el proceso de elaboración y comprobación de la información que circula. Lo de este sábado es sin duda para estudio en las facultades. Dos fotos de personal equipado con el llamativo mono blanco recogiendo a un migrante, nigeriano, sentado, a la espera, en el patio de la Comandancia de la Guardia Civil con ambulancia al fondo dieron para toda una película que desembocó en un titular en portada de un diario en papel (El Pueblo de Ceuta), que optó por poner en grande “posible caso de ébola” y en pequeño que se había descartado, casi al instante, que fuera el temido virus.

¿Qué pasó en realidad? Nada demasiado distinto de lo que viene pasando en las últimas semanas desde que se ha desatado la alerta por lo que va camino de ser una pandemia con 20.000 casos y 5.000 muertos para enero de 2015, según la última previsión de la Organización Mundial de la Salud.

Un nigeriano llegó a Ceuta por vía marítima ayer, en pleno temporal, con mareos –propios de un viaje agitado- y en apariencia algo de fiebre. Dos parámetros de posible caso de ébola, junto con su procedencia. Por lo que ante la duda desde la Guardia Civil se requiere intervención médica a Cruz Roja. Se activa el protocolo por si acaso. “Como casi a diario”, confirman desde el servicio de Prevención del Hospital Universitario.

De ahí las fotos que hicieron cundir el pánico. Cruz Roja trasladó al enfermo al hospital cumpliendo todas las medidas que establece el protocolo de prevención y seguridad. “Nuestras ambulancias están equipadas para un traslado de ese tipo y están activados los protocolos de desinfección posterior”, zanjan desde Cruz Roja.

Y al llegar al hospital en la primera revisión el posible caso de ébola se desvanece. En ese tiempo se le habían pasado los mareos y al ponerle el termómetro dio 36 grados. Caso cerrado. el migrante al CETI y todos a descansar.

Todo sucedió entorno a las 21 ó 21.30 horas. Poco después de las doce de la media noche este diario realizadas las consultas pertinentes lanzó a través de su página en Facebook el desmentido. Dio igual la cantidad de veces que se compartió ese pequeño post o que lo vieran más de 3.000 personas este domingo por la mañana la alarma y las dudas seguían circulando.

No es la primera vez que se activa el protocolo por un posible caso, aunque puede que sí la primera que se procede a un traslado de un posible caso. En el Hospital Universitario están entrenados para atender estas situaciones, que aún así se consideran poco probables.

Lo principal apunta el responsable del servicio de Prevención de Ingesa, Julián Domínguez, es tener claro los pasos. Puede tener fiebre, pero hay otros detalles. “¿De dónde viene?¿cuánto tiempo ha tardado en llegar aquí?”, explica Domínguez. El virus tiene un periodo de incubación de 21 días. Y la mayoría “tardan en pasar meses y meses, muchas más semanas”. Respecto a los países los principales focos de la epidemia están en Sierra Leona y Guinea Conakry, en Nigeria, origen del migrante trasladado el sábado, se han dado casos puntuales en las zonas limítrofes del país. Y ahora ha surgido un nuevo brote, distinto del que está causando estragos en el Congo, en Brazaville.

Si llevan más de 21 días viajando por Marruecos –donde no se ha dado ningún caso- es improbable o casi imposible que se trate de ébola. Pero aún así, Domínguez es claro.

“Estamos más que preparados. De sobra de capacidad. Como para cualquier otro tipo de patología infecciosa. No estamos hablando de un super trasplante. Hay una habitación especial en la UCI, también en pediatría y en observación. Lo mismo que para la gripe A o mejor, porque esto no va por vía aérea, con lo que las probabilidades de contagio son menos. Tenemos medios, sí. Hay dotación de equipos de protección. Tendríamos que tener una epidemia del carajo de 20 ó 30 casos a la vez. Nos desbordaríamos entonces como ante cualquier catástrofe que se precie. Si vienen 2 casos no es un problema”, ha explicado Domínguez.

A Domínguez ya le ha tocado atender algún caso que resultó sospechoso. En esos casos se atiende con guantes, mascarilla y bata. Si no hay contacto no se puede transmitir. Con tirar y quemar luego el material convenientemente es suficiente. Y si se comprueba que es positivo es cuando se extreman las precauciones.

Domínguez apunta que entre los muertos en los países con epidemia hay enfermeros que se contagiaron al desinfectar trajes y equipos, que aquí llegado el caso no se reciclarían, directamente se quemarían con lo que sería realmente complicado que el virus hiciera estragos.

En cualquier caso, parece complicado que lleguen casos en los que haga menos de 21 días que hayan podido estar en contacto con posibles enfermos. Todos los expertos coinciden en señalar que es más probable que se den casos en aeropuertos como los de Madrid o Barcelona a que aparezca algún migrante en Ceuta que haya logrado llegar en menos de 3 semanas desde esas zonas. Otro asunto es si comienzan a darse casos en Marruecos, que hasta la fecha no contabiliza ninguno.

“Lo que asusta del virus es que tiene una mortalidad muy alta, superior al 50 por ciento de los casos que se detectan. Pero hay virus más fáciles de contagiar, como la gripe, que al final está más extendida y acaba matando más personas”, recuerda Domínguez.

Pase lo que pase, si se diera el caso, lo principal sería como con cualquier otro virus “desechar los residuos bien, lo que se hace con cualquier otro paciente infeccioso potente, como con una meningitis”, insiste Domínguez.

“Si no estuviéramos preparados yo sería el primero en salir públicamente a denunciarlo y a exigir que se dotara con medios al hospital”, reconoce Domínguez en tono tranquilizador.

Sorprende aún así la falta de respuesta ante el pánico generado de la Delegación del Gobierno y del propio Ingesa. Desaparecidos durante este domingo y sin que ningún gabinete de comunicación haya contestado.

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