UGT-Ceuta ha alertado este jueves de que las empresas dedicadas al suministro de combustibles en la ciudad autónoma están procediendo a despedir personal "basándose en la baja considerable del precio del combustible en Marruecos [cualquier ceutí se puede ahorrar entre 8 y 15 euros al llenar su depósito en el país vecino] y en los impuestos que la Ciudad Autónoma aplica a las gasolinas".

"Por desgracia para los trabajadores que sufren en sus carnes estos despidos, las empresas del sector no dudan en aplicar la nueva Reforma Laboral de Rajoy para abonar solamente 20 días por año de trabajo con un máximo de una anualidad", ha lamentado la central que lidera Antonio Gil.

A través de un comunicado de prensa, los ugetistas han denunciado que "a nuestros políticos parece que les da igual que este sector se vaya a pique y no tooman medidas para que esto no ocurra". "De momento", ha señalado, "se conforman con la recaudación que realizan de los impuestos que genera la venta de gasolina hasta ahora pero son ciegos si no ven que pronto dejarán de ingresar si seguimos por este rumbo".

UGT considera que "hay que buscar una solución a este drama más pronto que tarde" y "ver la posibilidad de bajar el porcentaje del impuesto que se aplica a los carburantes por parte de la Ciudad, algo que quizá contribuirá a paliar el problema".

No se trata de la primera llamada de alerta sobre esta problemática. El extinto Consejo Económico y Social (CES) elaboró un dictamen hace ya casi dos años en el que advertía de que después de la subida del IPSI de 2009 las ventas habían caído un 25,11%, porcentaje que se elevaba al 30,5% en el caso del Gasoil A y que se quedaba en un 19,1% en el de la Gasolina 95.

Márquez presentó durante el verano de 2009 como un necesario ejercicio de "corresponsabilidad fiscal" y de "adecuación al paso del tiempo" fijar en un 50% del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos de aplicación estatal el IPSI con el que gravar los combustibles. Así, consiguió cobrar un 56,2% más por cada mil litros de Gasolina 98 (215,96 euros); un 96,08% más por idéntico volumen de la de 95 octanos (200,34); y nada menos que un 219,2% más por el Gasóleo de automoción (153,5).

El Ejecutivo ceutí calculó que la medida fiscal conllevaría "una reducción estructural del consumo del 5%" y una "coyuntural" durante "el mes de entrada en vigor de la reforma" del 30%. Lo coyuntural se ha transformado en estructural, pero las arcas municipales respiran mejor: los ingresos por IPSI Hidrocarburos, que en 2008 se quedaron en 2,7 millones, se dispararon al año siguiente con sólo tres meses de nuevo gravamen hasta 3,8 millones. En 2010 crecieron exponencialmente y llegaron a 5,8.