- Los huracanes es lo que tienen, lo arrasan todo, sin piedad ni sentimientos, dejando tras de sí una estela de incomprensible desolación, algo así como lo que ha ocurrido con el Huracán Sandy, que amenazando con destruir Nueva York, copó las portadas de todos los medios.

Al final, tanto despliegue informativo sirvió de poco en la capital financiera norteamericana porque el huracán mutó en tormenta y, afortunadamente, no hubo que lamentar daños cuantiosos. En Haití no tuvieron tanta suerte y el balance del paso del “Sandy” ha sido brutal: 54 muertos, 20 desaparecidos, riesgo de crisis alimentaria (otra más) y brote de cólera (también otro más). Pero bueno, allí están acostumbrados. Es lo que solemos pensar, ¿verdad? ¿Para cuándo una Estatua de la Libertad en Puerto Príncipe? Así quizás las cosas fuesen más fáciles. Más difíciles, desde luego, ya no pueden ser en el primer país en abolir la esclavitud.

Está claro que la vida está llena de contrasentidos, incongruencias y malévolas coincidencias, y buena prueba de ello es esa media isla caribeña: la primera tierra en declarar que el ser humano deja de ser propiedad privada y, al mismo tiempo, la primera, igualmente, hoy en día, en el ranking de los más pobres del mundo… y nosotros como las vacas: viendo pasar el tren… claro que tampoco sería la primera vez.

Para huracán el que tiene visos de desintegrar al PSOE, o al menos a su Ejecutiva. Evidencia de ello es que hasta los editoriales de los primeros diarios toman partido defendiendo al secretario general, sembrando dudas sobre posibles sucesores o aupando a ex candidatas al Sillón noble de Ferraz. Y mientras, el electorado que no sabe qué pensar… Bueno, sí que lo sabe, de ahí los resultados. Las declaraciones de los implicados tampoco ayudan, porque decir -como asegura Rubalcaba- que tiene la confianza de su partido mientras espera a las elecciones catalanas es tanto como ponerle día y hora a la explosión final. Sólo falta saber quién será el salvador de turno que recupere los sufragios socialistas; se aceptan apuestas porque aquí todo el mundo juega al desgaste del PP para llegar a la Moncloa y nadie quiere perder la oportunidad de intentarlo.

Aunque lo del desgaste está por ver, lo lamentable es que los partidos sólo piensen en clave de Poder y no de cara a buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos, que es para lo que se supone que están… aunque la verdad, no se por qué me asombro. Más paradojas del PSOE: las muchas voces socialistas, en defensa y ataque del líder, se intentan vender como Democracia interna mientras que los votantes la ven como una debilidad. Queremos listas abiertas y libertad de expresión y al mismo tiempo rechazamos los debates internos por entender que debilitan los partidos. Quizás es que tampoco se trate de debate interno y sí de un juego de tronos más.

Ya es oficial, lo ha dicho el CIS, como si las colas en las puertas del INEM no fuesen lo suficientemente elocuentes: uno de cada cuatro españoles está en paro. La prioridad del Gobierno era el paro pero, al mismo tiempo, impulsó una Reforma Laboral que sólo ha facilitado los despidos en masa… Desde luego para ser una prioridad, han priorizado, pero no precisamente para con el pueblo español. Así, nos hemos transformado, sencillamente, en un país sumido en la miseria técnica. Consecuentemente, las siguientes cifras tampoco deben extrañarnos: las ventas minoristas cayeron un 12,6% en septiembre, influencia de la subida del IVA.

Otro dato estremecedor: sólo los hogares sustentados por jubilados han aumentado su gasto desde 2007. Está claro, la pensión de jubilación y el techo de los padres han vuelto a servir de cielo protector a decenas de miles de familias. Cruz Roja, Cáritas, y las demás organizaciones vinculadas a lo social, no cesan de repetirlo: la pobreza invisible existe y nos invade, una pobreza camuflada tras los pocos euros de la solidaridad familiar.

Pero para demostrar que el optimismo es la única solución viable para salir de la crisis, el ministro Montoro, sin sonrojo alguno, ha afirmado que éste es el último año de recesión. Cuando no se tiene nada que decir, se vende humo. Ya deberíamos estar acostumbrados, para eso la ministra Fátima Báñez nos deleitó con eso de que España estaba saliendo de la crisis. De verdad, por respeto a los millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza o bajo el poder del miedo a perder lo poco que les/nos queda, ¿estos personajillos no podrían callarse en lugar de insultar nuestra inteligencia? Parece que eso tampoco es posible.

Seguimos con las declaraciones a bombo y platillo, porque el presidente Rajoy afirmaba hace justo una semana que ya se habían recaudado casi 8500 millones de Euros relativos al fraude fiscal. Para terminar la faena afirmó que “la obligación del Ejecutivo es hacer del fraude fiscal una práctica en desuso porque es de justicia y ayudará al objetivo de recuperar el crecimiento económico y la creación de empleo”. El tsunami, por su parte, también venía en forma de cifras: algunas estimaciones (seguramente a la baja) aseguran que, entre 2005 y 2012, se han esfumado 17 billones de Euros a paraísos fiscales. Entre los 8500 millones que dice Rajoy y los 17 billones que aseguran fuentes económicas solventes, queda poco margen para añadir algo coherente.

La guinda a toda esta podredumbre la ponía un nombre: el que fuera Presidente balear y ministro del PP, Jaume Matas. Según la investigación policial no hay dudas y habría dirigido la financiación irregular del PP. El gran tema tabú de todos los partidos (insisto, TODOS) ha vuelto a salir a flote: ¿de qué viven las formaciones políticas con sus complicadas y generosas estructuras? ¿De dónde sale el dinero de las campañas electorales? Al final, asuntos como el de los EREs de Andalucía, la trama Gürtel, Bankia y otros muchos que, a buen seguro, lograrán camuflarse, hacen que todo esto huela a podrido… y en estos tiempos de miseria que nos han tocado vivir AL SUR DEL EDÉN, más aún. Lo cierto es que a los propietarios de las bancas rojas, y compañeros mártires, nos les gusta nada que los ciudadanos tomen la palabra en plena calle y se agarran a los números electorales.

Mi mañica preferida, lejos de asustarse, sentencia: si quieren cifras, yo les doy algunas para la reflexión: ¿cuántos son los que se aprovechan de todo este tinglado y cuántos los que lo sufrimos? Ni siquiera hace falta ser ministro para entender que si aunamos voluntades, el chiringuito de privilegios se les va al garete… con sólo expresarlo con palabras claras sería suficiente.

Palabras llenas de vitriolo es quizás lo que nos haga falta para impedir que el huracán social destruya lo poco que aún queda en pie… Lo dicho, sólo nos queda coger el chubasquero para paliar la que nos está cayendo encima, ¿o tomar medidas? Como siempre, usted sabrá.