- Son tiempos de miseria y desesperación, de túneles sin luz y de horizontes cerrados; son tiempos de depresión, de colas de paro y de ilusión perdida; son opacos tiempos de negrura carentes de esperanzas. Son tiempos de Manipulación en el nuevo medievo del Siglo XXI.

Hace una semana escasa, las tropas de élite de EE.UU acababan con la vida de uno de los terroristas más buscados del mundo, ese mismo que decía matar en nombre de Dios sin que, por cierto, nadie se pregunte por qué, unos y otros, toman siempre el nombre de Dios, y de forma recurrente, para asesinar… pero eso ya es otro cuento.

En fin, visto lo visto, ya podemos dormir más tranquilos: Bin Laden ya es Historia…Historia sangrienta, pero Historia al fin. Que bien, que felices somos todos…sin embargo, y aunque la primera función de la memoria sea olvidar, hay cosas que, por propia integridad como seres humanos, no deberíamos borrar de nuestro cerebro. Refresquemos pues recuerdos.

Si bien es cierto que Bin Laden salta a la fama para los comunes mortales tras el 11-S, los servicios de Inteligencia ya lo tenían como objetivo número uno desde hacía tiempo. Sin embargo, la familia Bin Laden, la segunda más rica de Arabia Saudí (ahí es nada) estaba tan introducida en el sistema neurálgico americano que uno de los hermanos de Bin Laden era consejero de la empresa Carlyle, un conglomerado industrial dedicado, entre otras cosas, a la fabricación de armas. Ahí compartía sillón con Bush padre, quien fuera a su vez director de la CIA y Presidente de los EE.UU de Norteamérica…y todo esto sin que nadie se extrañara en lo más mínimo. Resumiendo, el hermano del terrorista más buscado pertenecía a la élite de la industria armamentística y todo tan normal. Un dato interesante, Carlyle fue la empresa que más dinero gano tras el 11-S, ingentes cantidades de dinero… tanto que en un día llegaron a facturar oficialmente alrededor de 300 millones de dólares. Ahí queda eso.

Pero hay más. En los días posteriores a la fecha fatídica, todos los vuelos fueron cancelados. Nadie podía volar en los USA… salvo los Bin Laden que salieron de EE.UU, el mismísimo 12-S, con el visto bueno de la Casa Blanca. Y siguió sin pasar nada, nada de nada. Y nos lo tragamos como si tal. Tampoco faltó la demonización del mundo musulmán mostrándonos, por todas las cadenas y a todas horas, a árabes celebrando supuestamente en la Franja de Gaza, con bailes y cantos, el ataque a las Torres Gemelas. Después se supo que nada tenían que ver las imágenes con la realidad…pero el mal ya estaba hecho, además siempre es bueno tener a un enemigo a mano para incitarnos en confiar en quienes piensan y actúan por nuestro bien.

Y después nos hicieron creer en Irak como el foco del mal, con sus inexistentes armas de destrucción masiva...y nos lo seguimos tragando. Axioma de la mentira: mientras más gordo sea el engaño, mejor pasa. No aprenderemos nunca, de puta pena.

Ahora, con Bin Laden muerto tendrán que buscarse otro “Tío del saco” para que continuemos buscando refugio al amparo de los poderosos.

Como dice mi mañica preferida, cuanto más listos, inteligentes y cultos nos creemos, más nos la cuelan.

Ya lo decíamos al principio, son tiempos de miseria y desesperación, de túneles sin luz y de horizontes cerrados; son tiempos de depresión, de colas de paro y de ilusión perdida; son opacos tiempos de negrura carentes de esperanzas. Son tiempos de Manipulación en el nuevo medievo del Siglo XXI... Y además les sale barato, miel sobre hojuelas. ¿Quién da más?