Para qué les voy a engañar, la primera intención fue hablar cómo de tremenda fue, la noche del domingo de marras, la borrachera por ingesta de sufragios. Mi inmediato reflejo había sido el de narrar como la resaca de la derrota, antagónicamente, se materializó en una suerte de orgía del posibilismo y del “adecuatismo” a la cruda realidad. Me pedía el cuerpo contar como todas las formaciones políticas encontraron, en las cifras, el consuelo y el maquillaje necesario para seguir, erre que erre, con su discurso y ello a pesar de los pesares; pero sobre todo me apetecía desdibujar el cuadro de la supuesta victoria de quienes, en pocos días, verán refrendados nombres y puestos de mando en el Boletín Oficial.

De verdad que me hubiera gustado pintar las similitudes entre los generales romanos desfilando por la capital del Imperio y quienes han logrado victoria electoral. Sí, me hubiera gustado recordar como, en esas paradas militares, un esclavo no cesaba de susurrar al oído del héroe eso de “Memento mori”, un recuerdo constante a que todos somos mortales, y desde luego nada divinos….algo así como una armadura contra las fáciles lisonjas, las babosas alabanzas y el asqueroso servilismo que suele rodear a quienes mandan.

Pero no, se me ha hecho demasiado complicado de afrontar, no hubiera podido explicarlo, no habría encontrado las palabras justas. No, no hubiese sido posible…. de ninguna manera.

¿Por qué? Porque en los jodidos momentos de Crisis que estamos viviendo, nadie en el sano y respetuoso juicio que siempre otorga el Poder, podría dejar de olvidar a los desposeídos, podría obviar a los que nada tienen o a los que pasan dificultades. Nadie que tenga capacidad de decisión política dejará que se lleve a cabo una merma en los servicios públicos o que se produzca una carencia de personal sanitario…y tampoco nadie pasará por alto el fracaso escolar o la falta de profesionales de la educación. No, eso no puede pasar….imposible.

Sé positivamente que no puede ser, y ello porque entiendo perfectamente que, quienes todo prometieron hace escasos días, van a cumplir escrupulosamente con lo adelantado. Estoy convencido que los fluidos discursos y las fáciles intervenciones en medios construyendo mundos mejores se van a materializar en hechos. Quienes dijeron que iban a ser los dirigentes de todos, sin distinción de afiliación política o ubicación geográfica, esos mismos, estoy seguro de ello, van a estar a la altura de las circunstancias y cumplirán con lo prometido. No tengo la más mínima duda.

Lo veremos en breve, estoy convencido de ello. Ya verán que esta vez es la buena. Sí, las cosas van a cambiar porque estamos en los albores de algo nuevo y grande. Sí, esto ya no va a ser lo de antes: quienes van a detentar el Poder no van a plegarse a espúreos intereses y van a trabajar sin descanso para reequilibrar las diferencias sociales. Ya lo puedo ver, de una vez por todas los elegidos vienen a servir a quienes les votamos y pagamos, y, por fin, la voz del Pueblo va a prevalecer por encima de los sempiternos intereses de los de siempre.

Ya me lo dice mi mañica de mi alma: “Germi, de verdad, estos son hombres y mujeres de bien…. verás como cumplen con su palabra llevando a cabo lo mostrado en la campaña electoral. Es más –afirmaba de forma rotunda- tu no te preocupes que, con la que está cayendo, no van a dejar a nadie en la estacada”. Si lo dice ella…

Está claro que los romanos no tenían ni idea y eso de “Memento mori” era una solemne gilipollez… Aquí, Al Sur del Edén, no necesitamos de esa parafernalia porque nuestros dirigentes jamás se atreverían a creerse por encima de nadie ¿o sí? Usted ya me va diciendo si eso…