- La bronca es total. Los ataques se llevan a cabo sin piedad y, aunque los resultados hayan sido positivos, el “todo vale” se ha instalado en una situación en la que el nivel de ruido supera, con creces, el peso de las nueces.

Parece que las tesis de los antisistemas han triunfado sobre las de los “pacifistas”, la eterna batalla entre “halcones” y “palomas”. Pero no, no estamos hablando de los “indignados” del 15-M. No, no son los que quieren una “Democracia Real, YA!” los protagonistas de tanto chabacaneo político.

España intenta salir/superar/emerger, como puede, de una crisis que crearon ‘los de siempre’ para provocar más riqueza a costa, obviamente, de generar mucha más pobreza; pero mientras esto ocurre, nuestra clase mandamás se afana en bombardear el ambiente político con porquería, para mayor regocijo de determinada clá mediática y votante (¿o será precisamente por ellos?), a golpe de dudas en torno al estado de las cuentas públicas, es decir del estado de NUESTRO dinero. Dicho de otra forma: se acusan los unos a los otros de robar, aunque de pruebas parece que andamos justitos… y eso por ser suaves.

Desde el PP, algunos de sus dirigentes, sin instalarse aún en sus respectivas y nuevas poltronas, ya se han alistado en el banderín de enganche del “todo vale” con la mente exclusivamente centrada en las Generales del próximo año. Bonito panorama nos espera con un alentador y constructivo horizonte por delante. Casi “ná”.

La táctica de acoso y derribo es pues el denominador común de los tiempos que corren. De pena.

La guerra por el Poder es así, y de esta barbarie nadie se libra, sea cual sea su rincón del hemiciclo.

Desde el partido que lidera el inteligente y agudo Mariano Rajoy (quien piense lo contrario se equivoca, es un corredor de fondo que espera su llegada a la Moncloa para afianzarse en Génova) se han anunciado una lluvia de auditorías para dejar a las claras las tropelías de quienes se van, y eso está bien… pero que muy bien. Lo raro es que no se exijan esas mismas auditorias en todas las partes…. es decir, dónde también gobernaba el PP. No, ahí nada que mirar, nada que decir. Todo está perfecto, inmaculado, intachable…. y después querrán que los del 15-M no se indignen. No se si lo peor es que esto ocurra o que no pase nada porque esto ocurre, en fin será lo que nos merecemos…

Así pues, el PP y PSOE lanzan el mensaje claro de desmarque total de las corruptelas, alineándose con los anhelos de los españoles en busca de la transparencia y la limpieza en las instituciones. Eso sólo puede aplaudirse (por mi parte, lo suscribo), pero me van a permitir que dude de la pureza de las intenciones de unos y otros, porque ni unos ni otros pueden dar ejemplo de nada, ¿ o sí? Pues no!!! Que no pueden…ni quieren como dice mi mañica preferida.

La Clase política está jugando con fuego y no parece reparar en el peligro que representa el “Síndrome de la llave dinamométrica”; ya saben, ese útil que se usa en mecánica y que permite trasladar la presión exacta a los tornillos para que no se rompan en el interior del bloque motor, porque si la presión supera lo permitido, el tornillo se parte y lo que se pretendía arreglar se transforma en una avería de brutales consecuencias.

Ellos, que sigan a lo suyo. Que no se corten (todos) en el juego de acusar, ensuciar, difamar, confundir, engañar y prometer para no cumplir …pero después que no se quejen si, Al Sur del Edén, un puñado de “15emeros” quieren asistir al pleno de investidura sin invitación, con el irrefutable argumento de que se trata de un acto público.

Insisto, todos se han pasado de “presión dialéctica” en la jungla de los parlamentos, y ello sin ofrecer soluciones ni vías de consenso para lograr sortear los graves problemas que nos acosan. Creo que más de 5 millones de parados es un argumento más que sólido para trabajar por el bien común.

Pero no, cada uno vive en su mundo. Ellos en el confortable y mullido universo del Poder y nosotros en la mierda. Ya ven es,l lo que hay.