Gobierno y Delegación deben exigir que Ceuta sea punta de lanza de la inmunidad de grupo

El Gobierno de la Ciudad y la Delegación del Gobierno deberían coordinarse para colocar a Ceuta de punta de lanza de la ansiada inmunidad de grupo. Se puede y se debe. Ya con la llegada de las primeras vacunas a la ciudad a finales del pasado diciembre, el entonces consejero de Sanidad, Javier Guerrero, comenzó a elevar la voz para reclamar la llegada de más vacunas. Le ha sucedido en el cargo y en la demanda, Alberto Gaitán, y sin excepción todos los responsables políticos han venido reclamando al Gobierno de la Ciudad un esfuerzo de negociación para que se desbloqueé la legada de un mayor número de vacunas a Ceuta.

Expertos en confinar

Aunque parezca obvio se hace necesario recordar a más de uno que no estamos en marzo de 2020. Tampoco en octubre de 2020. Es enero de 2021. Sabemos sobre el virus una ingente cantidad de cosas más que entonces. El conocimiento científico ha avanzado a tal velocidad estudiando el coronavirus que hasta ya se están poniendo vacunas con un alto grado de eficacia. Entonces ¿Por qué la receta de los expertos sigue siendo la misma que hace un año, confinar? ¿No hay otra solución que no sea recortar la libertad de las personas y terminar de ahogar un tejido económico tocado como nunca antes?

El valor de ceder en política

Ahora que vuelve a haber elecciones y previsiblemente se afilarán los discursos políticos y los cuchillos para tratar de raspar unos cuántos votos que puedan cambiar el resultado de abril, convendría mirar con un poco de calma qué está sucediendo desde mayo en la política local para tratar de poner cada acto en valor. Más aún tras un verano trepidante de declaraciones y gestos políticos en dónde cada pequeño conflicto se ha vivido con la intensidad que se echó de menos durante el año anterior, cuando todos parecían tan tranquilos incluso a sabiendas de que lo normal era que el PP, por primera vez en muchos, muchísimos años, perdiera su mayoría absoluta.

Juan Vivas le regala una lección a Pablo Casado

Juan Vivas consiguió el pasado domingo 26 de mayo algo que aparecía como muy difícil hace sólo un mes: Invertir los resultados de las Elecciones Generales del pasado 28 de abril, cuando VOX superó al PP por casi 1.000 votos y 2,5 puntos de apoyo sobre el total de los sufragios emitidos. Lo repitió él mismo en campaña y todo el Partido Popular lo creía. El presidente Vivas era de los pocos que no cayó en el derrotismo en sus propias filas. Diseñó una campaña exigente y exhaustiva centrada mucho más en hablar con los vecinos y votantes, ya fuera a título individual o como colectivos, que en cualquier otra cuestión, pero valorando también los demás aspectos de la comunicación y el marketing político. Quienes se encargaban de coordinar las agendas han sudado como nunca porque el presidente se volvió incombustible. Vivas puso todo lo que tenía con el convencimiento de que lo único que necesitaba para seguir en el que ha sido su despacho durante los últimos 18 años era superar a VOX y convertirse en la lista más votada.