Febrero y la Libertad

A lo largo de la Avenida Cañonero Dato, es decir, en los primeros metros de Ceuta conforme se baja uno del barco, llaman la atención varias estatuas dedicadas, en teoría, a embellecer el paisaje. Me quedo con dos: la de la pareja más célebre de la historia de España y la de Pepe Caballa y la Pavana.

Trabajemos en Navidad y Viernes Santo

Durante los últimos años de su vida, siempre repetía el mismo ceremonial. Se alojaba en una habitación del Tryp, se bajaba junto a su señora tempranito a la Gran Vía y se sentaba esperando que pasaran las cofradías por Carrera Oficial. Tenía, no crean, alojamiento en Ceuta: no le faltaban familiares que le insistían en que no era necesario se dejase un dinero en la habitación teniendo ellos camas vacías.

La cantera

Excepción hecha de un par de actos para la tarde del sábado, el carnaval 2009 ya es historia. Tantos meses de rumores, de idas y venidas. Tantos invitaciones de amigos para que fuera a ver sus ensayos que tendrán que ser cumplimentadas en 2010. Tantas cábalas: qué si el popurrí de este, que si aquel ha mejorado la afinación, que si a ver lo que trae este otro, descansan ya en el baúl de los recuerdos.

Pues sí: sobran los motivos

Le conocí en el verano de hace ya la tira de años. Era, creo, en 1993. Yo pisé por primera -y última vez- la piscina del Club Natación Caballa, merced a unos cursillos que aquel año, y a diferencia de otros tantos, me pude permitir hacer. Por no se qué extraña conjugación de planetas, en el verano del 93 septiembre asomaba para mi como un trámite y no como una fecha de exámenes de reválida.

Toros en Ceuta

Les garantizo que el título no va con segundas. Me refiero a la polémica que se está organizando, en los últimos días, en Ceuta con la posibilidad de que el Gobierno contrate una corrida de toros para el próximo dos de septiembre, Día de la Autonomía, y que ya hace correr ríos de tinta. Era evidente que la medida no gustaría a todo el mundo. Yo soy el primero que no iré a la corrida de toros: no me gusta nada la fiesta nacional, pero tampoco me atrae lo más mínimo. Ahora bien: no iré, y punto, lo que no quiere decir que esté en contra de que otras personas vayan o dejen de ir.

Tranquila, Presidenta

Me armé de valor, no sin antes meditar sosegada y fríamente lo que iba a hacer. Lo consulté con mi familia, que cariacontecida trataba de entender que yo podía tener un motivo, aunque se -nunca me lo dirán- que me apoyaban por el hecho de ser yo, no porque compartieran lo que estaba a punto de llevar a cabo. Incluso, momentos antes de proceder, me interrogué a mi mismo, me pregunté si estaba decidido y hubo un momento en que tuve que dejar de pensar. Más que nada, porque diez segundos más dándole vueltas al coco me hubieran hecho desistir.

Juan Pérez: quiere bailar

Yo de niño quería ser futbolista. Sobre todo cuando uno jugaba los derbis más apasionantes: los del barrio, contra los chicos de los pisos que se sitúan abajo de mi calle, los del colegio, contra la clase de al lado. A cada gol que nos salía, más por casualidad que por talento, esa panda de niños de nueve o diez años se soñaba a si misma poniendo en pie al Bernabéu como si de Hugo Sánchez se tratase. Por cada penalti parado, uno se veía en un futuro atajando balones a la salida del corner como Zubizarreta -grande, Andoni- Walter Zenga o Paco Buyo. Incluso, nuestra ilusión nos llevaba a repartirnos los nombres de nuestros ídolos ya en el campo. A mi, que de haber sido futbolista habría sido central leñero, rara vez admitían mis amigos aquello de "¿vale que yo soy Butragueño?". Eran niños, no tontos, evidentemente.

Probablemente, Dios exista

Con la crisis económica alcanzando registros mareantes, y hay gente a la que el dinero le sobra. Me refiero a los snobs -lo siento- que han decidido embarcarse en una especie de cruzada entre religión y ateismo, publicitando en los autobuses urbanos que Dios existe o no, en función del anunciante.

Historia de una aguaviva

¿Saben ustedes que una niña se murió cuando se tragó una aguaviva? ¿Qué es mentira? No hombre: a mi me lo ha dicho uno que trabaja en una carnicería, que conoce al vecino del padre. ¿Qué quieren ustedes hablar con el de la carnicería? ¿Para qué? ¿Es que no les basta con mi palabra?.

La generalización

Siempre he dicho que meter a todo el mundo en el mismo saco es una de las actitudes más simplistas e injustas del ser humano. Y ejemplos hay miles. Por ejemplo, con la masacre de Gaza: ni todos los palestinos son unos terroristas, ni todos angelitos. Ni todos los israelíes son palomas, ni todos halcones. Podríamos aplicar esto a las profesiones. A menudo caemos -escribo en primera persona- en decir, por ejemplo, que todos los políticos, profesores, sindicalistas o periodistas somos iguales. Qué injusticia. A la política, por ejemplo, se dedican los concejales del PP y PSOE en el País Vasco. ¿Son iguales que Arnaldo Otegui?. Van cogiendo ¿verdad?.

Chacón Life

Hubiera entendido como normal un comentario sobre el vestido de la ministra de Defensa en una tertulia de sobremesa en cualquier programa de radio o televisión. Pero cuando el hecho de que Carme Chacón lleve pantalones en la Pascua Militar se convierte en una cuestión de Estado, no se si seguir partiéndome la caja de risa o, directamente, ponerme a estudiar sueco y solicitar la nacionalidad del Reino de Ikea.

De patrimonios y autobuses

Recuerdo, cuando Rodríguez Zapatero daba sus primeros pasos en Moncloa, que al entonces nuevo presidente le dió por reformar los estatutos de autonomía -todos menos dos que yo me se, por cierto-. Al albor de las nuevas competencias, salieron algunas ideas que, de no ser por la seriedad del asunto, serían dignas de considerarse cachondeables en grado sumo.

Al Gore y sus verdades Incómodas

A Albert Arnold Gore lo educaron, desde niño, para ser presidente de los Estados Unidos. A fe que lo intentó: antes de su fallida opción de 2000, ya intentó plantarle cara a Bush padre en las presidenciales de 1988. Luego Bill Clinton se acordó de el para hacer un tándem electoral que pivotó al gigante norteamericano con más luces que sombras durante los años 90.

Tontos de los cojones

A Pedro Castro, alcalde de Getafe, le corresponde al menos un mérito: que toda España sepa quien es siendo alcalde de una ciudad de Madrid que no es Madrid. El caso es que la frasecita de marras por la que ahora se le quiere someter a público escarnio, no es la única "castrada" que hemos visto en los últimos años. Al bueno de Don Pedro se le ocurrió un día que Getafe podría ser la capital de la Comunidad y las risas se escucharon hasta en Sebastopol.

Navidades laicas

El último tramo del pasado fin de semana fue para mi de absoluto aislamiento. Ataviado con un pijama, una bata, unas zapatillas y una manta, vine a pasar el domingo aislado de internet, informativos y prensa, disfrutando de la trilogía de El Señor de los Anillos. Para mis amigos frikis, decir que junto a la de El Padrino es la segunda que me cepillo en veinticuatro horas. Así que llegué a mi habitación y, como decía el chiste, me sentía como la abuela que se toma la pastillita que buscaba la nieta: cerraba los ojos y veía dragones y enanos por todos lados.

La maldición de Sísifo

Milite, simpatize o no con algún partido, lo que si es cierto es que dedicándome a lo que me dedico y viviendo en la ciudad que vivo, puedo dar fe de que el roze hace el cariño. A lo largo de algo más de una década de actividad profesional, he encontrado de todo en la vida interna de los partidos. Y no se si puedo presumir de muchas cosas, pero si de encontrar amigos en todos ellos.

1984

Ultimamente, la verdad, no tengo mucho tiempo para leer. Miento: no tengo ganas de leer. Yo concibo la lectura como algo sagrado y necesario, pero también como un elemento para evadirme de todo cuanto me rodea. Por tanto, como un disfrute. Y algo que proporciona placer no puede ser, jamás, desgastado por el uso y la rutina del día a día. Las cosas verdaderamente placenteras, para el cuerpo o el alma, no pueden reducirse a la aburrida cotidianidad del cepillado de dientes o perder dos minutos cepillo en ristre frente al espejo.

Jesuligate

El caso de la supuesta compra de voluntades entre la plantilla del C.D. Tenerife para dejarse perder y así propiciar el ascenso a Primera División del Málaga C.F., deja al descubierto que en un deporte consistente en veintidos tios dando carreras detrás de un balón hay mucha, pero que mucha, porquería debajo de la alfombra.

Gracias, señor Moratinos

Se que lo hacen ustedes por nuestro bien. Que, como puede que alguno de ellos tenga caducado el pasaporte, lo hacen no para dejar a Ceuta y Melilla fuera de la Reunión de Alto Nivel con Marruecos, sino para ahorrarle a Vivas o Gordillo las largas horas de cola para sellar el documento. Le supongo a usted consciente de que nuestro presidente no es hombre de mucho viajar y que, de hecho, en las últimas vacaciones que tuvo ni se molestó en coger el barco. Sus desvelos por adaptar la agenda bilateral a la agenda de Juan Vivas le son sinceramente agradecidos.

Vuelta a navegar

Vale: estuve a punto de tirar la toalla, entregar este barco a desgüace y bajarme en el primer puerto que pillase. No es que haya dejado de atraerme, que lo hace como siempre y más que nunca, el mar de las letras, pero es que la presencia de determinadas turbulencias y clientes de las tabernas me habían hecho pensar en la conveniencia de pegarme un tiempo paseando por el muelle, apoyándome en un noray para ver las gaviotas estamparse contra el agua y echándole un vistazo al último trasmallo.