Hércules 100m

Estaba yo compartiendo menú del día y mantel de papel con unos compadres en el Sindi Bar (sé que en estos casos luce más el hall del Tryp, pero aún me queda conciencia de clase) y, sin saber muy bien cómo (quizá por los vapores del vino con gaseosa) la conversación derivó en la búsqueda de una idea genial que pusiese a Ceuta en el mapamundi. He de precisar, para los amantes del etnocentrismo que censuran la valoración del foráneo por defecto, que al calor de aquel almuerzo estaban un caballa de Hadú, Carlos Verdugo; un gaditano de Barbate, Kike Roldán, y un servidor de ustedes-vosotros, del mismo Bilbao. En un momento del disparatado debate nos acordamos de los dos Hércules de Ginés Serrán Pagán y los tres coincidimos en la frustración general ante aquellos diminutos Hércules gigantes. La idea original era buena, muy buena, apropiarse de un mito griego universal, pero Serrán Pagán pecó de timorato.

Cultura beata

La noche del pasado miércoles Juan Vivas se mordía los codos. Y es que, mientras el Real Madrid y el Liverpool se la jugaban en el Santiago Bernabéu , él, presidente de Ceuta y madridista de pro, aguantaba el tirón en el tradicional acto de la firma de nómica de salida de la Semana Santa en el salón del trono del Palacio Autonómico. Gajes del oficio, dirán ustedes. Sí, cierto. Él se lo ha buscado. Porque si esta fuera, de verdad, la Ciudad de las Cuatro Culturas que dice ser, o, al menos, una ciudad moderna, Vivas habría podido disfrutar de su Real Madrid pues las dependencias del Gobierno no habrían sido el escenario de un acto estrictamente religioso en el que, a priori, sobra la presencia de un presidente al servicio de 76.000 ciudadanos de cuatro confesiones diferentes sin contar a evangelistas, descreídos y otras subespecies religiosas .

De columnistas y matones

El artículo de opinión es un arte de difícil manejo. El columnista, en especial el que tiene la dura y a menudo estéril tarea de aportar su opinión a diario, ha de manejarse con tiento y soltura. La opinión ajena resulta a menudo estomagante. Sólo unos pocos consiguen tener el cuchillo del ingenio siempre afilado como el ensayista británico G. K. Chesterton; y muy pocos son capaces de impartir clases magistrales en doscientas líneas como hacía cada lunes Manolo Vázquez Montalbán.

La llamada

La noche del viernes 2 de enero el teléfono sonó en varios medios de comunicación ceutíes. La llamada telefónica provenía de las más altas instancias del Palacio Autonómico. Aún sonaban en las calles los ecos de la indignación desaforada de cerca de mil quinientos manifestantes -todos ellos musulmanes- que recorrieron el centro de la ciudad al grito de "judíos asesinos" en protesta por el bombardeo israelí en Gaza. La consigna era acallar esos gritos, enterrarlos en las páginas más recónditas para silenciarlos en la medida de lo posible.

Tres veces santa (tres veces maldita)

Llevan, llevamos, miles de años peleando por una tierra tres veces santa, tres veces maldita. Una coartada divina que alimenta el semillero de odio que es Jerusalén y ese laberinto que la rodea y que se extiende por ese totum revolutum que llamamos Oriente Medio. Un odio que el sionismo y el fanatismo islamista se encargan de avivar condenando a los palestinos a ser rehenes eternos.