Programa, programa, programa

Elecciones y Programa, son como dos tiempos de un mismo verbo. No se entienden uno sin el otro.

Ahora indignación, ¿y después…?

Día (De) en día, caza mi tía. (Caza=Casa de casar) Se dice de la cosa que se promete siempre o que se espera, pero que no llega nunca. (Refranes de los Judíos Sefardíes) Biblioteca Nueva Sefarad

El bipartidismo. De Guatemala a Guatepeor

Te puedes persuadir, hasta visualizarlo, no sin esfuerzo, que la Oposición, pongamos por caso, a Juan Vivas, debe consistir en vitorear, con un solo cantor y a cinco voces; “que bien lo hace, que bien lo hace”.

Que arda Troya

Somos a primeros de Diciembre; es más la amenaza de lluvia que lo que cae, y, como otra amenaza, del otro tiempo, del cronológico, dentro de nada nos endilgaran, con la exactitud de un supositorio, el anuncio depresivo de “Vuelve a casa, vuelve…”.

Tufos a decadencia

Todo pasa. Lo decía uno de los poetas más dolorosos que ha pisado España. Tras un periodo determinado, se cristaliza el agotamiento, y el declive conduce al fin de cualquier proceso, de cualquier faceta, de cualquier vida.

¿Se apuestan ustedes algo?

El 23F, convocados por las Centrales Sindicales, salimos a las vacías calles de Ceuta, la perplejidad, el buen tiempo y unos cuatro centenares de personas. La razón que nos convocaba, escueta como el mecanismo de una maceta, contenía dos negaciones; “NO al retraso de la edad de jubilación” y “NO al recorte de las pensiones”.

Ceuta está manipulada, quién la desmanipulará. El desmanipulador que la desmanipulase...

...buen desmanipulador será.

PARTE I

En días alternativos, un nutrido grupo de ciudadanos/as de esta tierra de nadie , se manifiesta pidiendo trabajo en la Plaza de África y en la Plaza de los Reyes. Uno de esos días, y de camino a mi trabajo, me crucé con la manifestación. Un hombre de unos cuarenta años, me ofreció una octavilla (hermosa palabra de la que están hechos una parte de los cimientos de la democracia).

No se comprende

Andaba yo el viernes 29 con mis “hari, hari” lamiéndome las heridas, cuando, entre la taza de café y yo, se interpusieron dos enormes fotografías de Juan Luis Aróstegui, y el título de un artículo, abultado, insultante y desafiante, que provocaba bruxismo.