- Ha llegado esa época en la que las mentes más lúcidas de los partidos proponen aquellas fórmulas mágicas, utilizando esas técnicas propias de mercadillo, que cosas del estrés diario no se les ocurrió durante los últimos cuatro años.

Por el momento, y si no llega a ser por mágicas portadas como las de La Razón, que recuerdan a estrenos de series de relumbrón, quien más bragas de oferta parece que quiere colocar es el candidato del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba. El tipo hasta convence con esa seguridad de, señores, que yo sé por donde tenemos que tirar. Sólo que me lo he tenido calladito estos años por no molestar. La última gran propuesta 'un político, un sueldo'. Brillante. Desde el llévate cuatro calzoncillos y paga dos no recordaba nada igual.

Uno se pregunta, ¿todavía puedo tener fe en eso que llaman políticos? Más vale tarde que nunca. Pero no, ese ejercicio de reflexión dura lo que tarda José Antonio Carracao en abrir la boca. En decir quietos paraos que no es lo mismo ser que estar, no es lo mismo estar que quedarse. Es decir, las bragas muy aparentes a primera vista pero le das dos lavados y salen pelotillas. Con este ejercicio de cuidado no os confundáis queridos súbditos a mi ya me da la sensación de que se ríen del personal más aún de lo que se venía haciendo de manera cotidiana. Es decir, antes disimulábamos. Ya para qué si nos habéis pillado.

Voy a contar una historia, lean con atención Carracao y demás políticos de bien que "tan bien" nos representan. Yo he sido autónomo, cuando tenía eso que los antiguos llaman trabajo y escasea tanto como la dignidad, cada tres meses tenía que hacer una declaración de IVA. Es decir, trabajaba tres meses, tres sueldos, para dedicar uno íntegro a la adorable administración. Al principio duele pero uno suspira con sosiego cuando descubre que tu trabajo se invierte en imprescindibles infraestructuras como estaciones de AVE donde a lo sumo bajan dos pasajeros, aeropuertos a lo 'Walking Dead' con cuatro vuelos semanales y autopistas con sólo un 10% de uso sobre lo esperado. Y eso sin olvidar la parte dirigida a los asesores de nuestro delegado, entre los que Carracao se encuentra a cambio de uno de los dos sueldos de los que disfruta, asesores para no sé qué pero oye, las camisas muy bien elegidas.

Yo no me voy a meter en que si los políticos cobran más o menos, quizás esa tara hay que compensarla económicamente (a los árbitros les pasa), pero si con estas palabras algo intento es dejar claro el asqueo que uno siente cuando estamos recibiendo palos por todos lados y aquí lo único que parece que preocupa son las milongadas ¡Qué ya no me creo nada! Eso sí, como asesor se podría sugerir a Rubalcaba aparecer el próximo día de mercadillo a vender bragas vestido de Superman. Sí señor, éxito seguro de nuestro salvador express. Sólo así Vivas y Rajoy, el Dúo Dinámico del IMSERSO empezarían a preocuparse.

@TheExiliao