El inexplicable error de Gordillo

Editorial


La comparecencia del vicepresidente Pedro Gordillo para anunciar los detalles del rezo de fin del Ramadán no ha dejado indiferente a nadie. Las reacciones van desde la sorpresa hasta la indignación, y es que por mucho que Gordillo quiera dar explicaciones, nadiie puede entender los motivos que le han llevado a dividir la rueda de prensa en dos partes distintas. El de Gordillo ha sido un error sin explicación posible, y lo que es peor, una lata de gasolina para aquellos incendiarios que siguen empeñados en fomentar la idead de segregación racial o religiosa en Ceuta.

Porque una actitud como la de Gordillo sólo sirve para eso, para que aquellos que defienden la imagen de una Ceuta racista sigan contando con armas en su arsenal de difamación. La actuación del vicepresidente supone una afrenta y una falta de respeto no sólo a los ceutíes musulmanes, sino a los ceutíes en general, independientemente de su credo.

Y lo más grave es que la decisión de no sentarse con la UCIDCE sólo deja camina a las presunciones malintencionadas. Porque no cabe más que preguntarse si es cierto que una parte del Gobierno defiende que los actos de cercanía a la población musulmana de la ciudad tienen que ser los justos y necesarios, porque lo contrario puede hacer perder votos de un determinado sector del electorado de Juan Vivas. Una noción tan absurda como la que llevó al presidente por ejemplo hace unos meses a poner la institución al servicio de unos pocos oficiales afectados por un plan de reestructuración, pensando que de lo contrario el voto de muchos militares podría perderse en futuras urnas.

La Ciudad tendrá sus motivos para situar el rezo del fin del Ramadán en Loma Margarita en lugar de las Murallas, sin duda de peso, pero con la puesta en escena ha perdido credibilidad y una razón inmejorable de cerrar la boca a aquellos que tanto gustan de denostar la convivencia en Ceuta. Gordillo se ha hecho un flaco favor a si mismo y, lo que es peor, a la institución que representa. Ceuta y los ceutíes, musulmanes, cristianos, hindúes, hebreos, ateos o cual fuera su creencia, no se merecen esto.