Pedigüeños comunitarios

Editorial


Este mes de mayo llegará a Ceuta la comisaria europea de Política Regional, Danuta Hübner. Lo hace con la intención de comprobar el estado de las inversiones realizadas con fondos europeos y testimoniar su validez. El Gobierno de la Ciudad la recibe con otra esperanza, la de convencerla de que Ceuta todavía tiene mucho camino que recorrer por lo que las ayudas comunitarias siguen siendo imprescindibles en una de las fronteras sur de Europa. Por desgracia, ambas visiones se encuentran a años luz de distancia.

Porque lo más probable es que la señora Hübner llegue a Ceuta con un listado de las inversiones realizadas en los últimos años, y no sería de extrañar que pregunte por la parada de autobuses de la Plaza de la Constitución, o por las fuentes laterales de la Plaza de los Reyes. En su lugar se encontrará con dos espacios de granito con placa con el nombre de Juan Vivas y loas a la modernidad. Dinero europeo sobre dinero europeo, obra sobre obra en menos de diez años. Un despilfarro en inversiones que seguramente pasará factura a Ceuta en el futuro.

Porque en 2013 la ciudad se juega continuar recibiendo fondos europeos, y se presenta al examen sin haber mirado un libro ni haber aparecido por clase en todo el curso. El despilfarro de dinero comunitario realizado en Ceuta durante los últimos años es clamoroso, con ayudas a empresas que desaparecen con más velocidad que el paso de un cometa, con cursos de formación e inserción cuya eficacia nadie conoce ni ha podido comprobar, con gran parte de los presupuestos destinados a programas absurdos que más parecen dedicados al pago de prebendas y amistades que al desarrollo económico de la ciudad.

Pero lo más grave es lo referido anteriormente. La obra sobre obra, el dinero sobre dinero. Se puede argumentar que los cambios eran necesarios porque se habían realizado mal en el pasado, pero no es excusa. Si al presidente Vivas no le gustan los proyectos de remodelación del centro acometidos en etapas anteriores, por los motivos que sean, debería haber buscado los fondos necesarios para su modificación en el propio presupuesto municipal, no en unas ayudas europeas cuyo objetivo es mejorar infraestructuras, equipamientos y potenciar el tejido económico. Ese dinero tendría que haber estado destinado a zonas más deprimidas y necesitadas de Ceuta, no a un centro que ya había sido remodelado, aunque el estilo no fuese del agrado del presidente Vivas. Esos trabajos de chapa y pintura se tendrían que haber llevado a cabo con presupuestos municipales, pero ya se sabe, el dinero de la casa pública va destinado a otros menesteres.

Si Europa retira los fondos europeos en 2013 Ceuta no tendrá ninguna excusa para protestar. Obviamente llegarán los lloros y las quejas, pero sin razón. Todo será culpa de un equipo de Gobierno incompetente y con intenciones poco claras. Y entonces la situación sí será grave, porque Ceuta vive desde hace años del dinero que llega de Europa, y se ha malgastado. El supuesto ‘cambio’ maravilloso propiciado en teoría por el presidente Vivas, el “qué bonita está Ceuta” ha sido sufragado por Bruselas, y aquí no se ha hecho más, sino menos, que en el resto de pueblos y ciudades de España que han recibido fondos europeos. Mientras en otras partes se han aprovechado, aquí hemos tirado la ingente cantidad de millones europeos por el retrete.

Europa ha mirado a Ceuta con mimo, ha permitido incluso que se construya un hospital con sus ayudas, cuando está terminantemente prohibido. Cuando llegue el mazazo, no habrá derecho a pataletas. Por si todo esto fuera poco, el presidente Vivas se desmarcar reconociendo que en los informes que se envían a Europa se cargan las tintas para presentar la situación lo peor posible. Como si no fuese suficiente con reflejar la cruda realidad. Hace años, el propio José María Aznar calificó al Gobierno del PSOE de "pedigüeño" por prácticamente mendigar más fondos europeos para España. El calificativo de ‘pedigüeños’ comienza a quedarse corto para este Gobierno, quizás sea necesario comenzar a emplear otros mucho más graves.