Decir gratuitamente que la reforma del Régimen Económico y Fiscal que pretende llevar a cabo el Gobierno de la Ciudad Autónoma es mala y oponerse a ella no parece que tenga demasiado sentido. En cambio parece que en una línea templada, pero crítica se van a situar tanto sindicatos como patronal. A ninguno les convence al cien por cien la mencionada reforma.

Unos reclaman mayor implicación social de los cambios normativos, en una tendencia similar a la defendida ya cuando se logro la bonificación de las cuotas a la Seguridad Social. Es decir que se modulen las medidas para que lleguen proporcionalmente a quienes más lo necesitan.

La patronal en cambio asiste atónita a la puesta en escena del Gobierno. Creen que no es precisamente el mejor de los momentos, teniendo en cuenta que la economía de Ceuta resiste mejor que la de ninguna otra región la crisis. Razones: ya estaba en crisis y la economía tiene un alto índice de estancamiento para lo malo y también para lo bueno.

Ambos dicen que mejor hubiera sido plantear esta reforma hace ocho años. Los que lleva Vivas gobernando.

Esa discusión es necesaria, pero siempre que sea para avanzar y no para tumbar, casi porque sí, una medida, la única de calado que se ha planteado en una década de desierto y crisis económica, en donde las cabezas pensantes políticas con responsabilidad sobre Ceuta lo único que han querido, podido o sabido hacer son Planes de Empleo.

Ahora que por fin es valiente también arreciarán las críticas contra un Gobierno que está demostrando no estar mal encaminado. Las críticas arreciarán porque la iniciativa llega tarde (pero llega) y no ha sido consultada (ni esta ni ninguna otra) ni con patronal ni con sindicatos. Sólo expertos y tampoco conoce nadie cuáles.

Más allá de la política y de la lucha por evitar que el CES sea otra herramienta inútil más de las muchas que hay ya en Ceuta dominadas y plegadas a los colores políticos. Hay que ser positivos y dar un paso hacia delante, mejor si se hace todos de la mano.

Cierto es, que antes de pedirle al estado que renuncie a recaudar impuestos, convendría con el mismo argumento de “a la larga se recaudará más”, empezar por uno mismo y atacar la rebaja del IPSI, el de operaciones interiores no está compensado, y se puede hablar con el Estado para ponerle límites a la compensación y rebajar también el de la importación.

Entrar en la Unión Aduanera, también resolvería unas cuantas cosas, dicen los expertos. Que se haga. Apostar de forma decidida por el sector náutico y por el mar que nos rodea, también parece una buena iniciativa en la que el Gobierno está trabajando.

De momento el Gobierno aprueba por los pelos. Ha hecho lo que no hicieron los anteriores gabinetes de Vivas dar pasos hacia delante para resolver la crisis económica. Ese mérito es justo reconocérselo a Guillermo Martínez y a Francisco Márquez.

Pero para sacar buena nota, más valdría que trazaran de forma clara y precisa unas prioridades en las iniciativas que van a llevar a cabo y que digan que va primero, la Unión Aduanera, la reforma del REF, o que digan claro si va la rebaja y modificación del IPSI o no va. En el Pleno aprobaron que sí iba, el martes en rueda de prensa dijeron que no.

Contradicciones, que al igual que la falta de rumbo claro, denotan que el Gobierno puede no tener tanta voluntad de hacer tantas cosas como dice. Por el bien de Ceuta deseamos que no sea así, y que no tenga que ver con esa falta de convicción deducida de la falta de rumbo claro, la división cada día más patente entre el presidente y el vicepresidente.

Convendría también que ese rumbo claro e inequívoco, esa ruta a seguir, se trazase en compañía y consenso con sindicatos y patronal y con los partidos de la oposición. Pero para eso hay que tener voluntad de sentarse a hablar con personas e instituciones a las que se ha venido ninguneando desde el inicio de la legislatura. Hay demasiado en juego para ser ahora cicateros.