"Mentir está mal", le diría un padre a su hijo al que esté criando. "Mentir es parte del trabajo de un político", diría aquel que ha perdido toda su confianza en el sistema democrático. Sin embargo, mentir de forma descadara, lastimosa e intentando desprestigiar y de forma reiterada no puede ser calificado más que de lamentable y ruin, especialmente cuando se habla de una persona con poder político. Y es que precisamente una de las aficiones más comunes de la portavoz Yolanda Bel, supuestamente uno de los pesos pesados del Gobierno local y a la que el propio Juan Vivas calificó de 'pavón' cuando todavía tenía cierto crédito aquello de los 'pavones y zidanes', es la de mentir cuando se la coge en un renuncio, cuando no sabe cómo salir airosa de las preguntas de los periodistas.

Una costumbre que acompaña de otra, que consiste en esconder su mentira acusando precisamente de lo mismo al interlocutor, en un burdo intento de ocultar su cada vez más manifiesta incompetencia para ocupar el cargo de portavoz del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Yolanda Bel lo ha hecho de nuevo. Ante la información de los contactos sobre la Manzana del Revellín publicados por Ceuta al día, su primera reacción ha sido la de intentar laminar la credibilidad de este medio, que si por algo se caracteriza ya en más de un año de existencia es por no faltar nunca a la realidad de los hechos. Un intento de desviar la atención que le ha salido por la culata a la portavoz, que ha terminado casi por reconocer de forma íntegra el contenido de la noticia de Ceuta al día. Sin embargo, la ineptitud de Bel no es obice para ocultar su error.

Y es que no es la primera y seguramente no será la última vez que la portavoz miente con descaro y sin vergüenza a los ceutíes. Según afirman fuentes sindicales lo ha hecho también hoy mismo, al negar la aprobación en Consejo de Gobierno de medidas referentes al personal de la Ciudad sin pasar por la mesa de negociación, algo que según los sindicatos es totalmente cierto. Pero no hay que retrotraerse mucho para recordar otra flagrante mentira de Bel a los ceutíes. Lo hizo en el caso de la residencia de mayores, cuando afirmaba que el Gobierno de la Ciudad no había tomado cartas en el asunto después de las denuncias de los sindicatos y del PSPC, sino que lo hizo motu propio. Algo incierto, ya que el propio presidente de la Ciudad desconocía la gravedad de la situación, debido entre otras cosas a que Yolanda Bel ocultó durante meses el informe técnico en un cajón de su mesa, sin dar referencias del mismo al máximo responsable del Gobierno local.

Una mentira más en el camino. Seguramente no será la última. Lo que está claro es que por mala fe o por incapacidad manifiesta, Yolanda Bel sigue acumulando méritos para no permanecer ni un sólo día más al frente de la Portavocía del Gobierno de la Ciudad o de consejería alguna.