El racismo, un problema de todos

Editorial


Son muchas las quejas que hemos recibido estos días de los lectores. Algunos han utilizado los foros para expresarse, otros nos han hecho llegar correos electrónicos y algunos otros nos lo han transmitido por teléfono o en persona. Muchos se sienten molestos con los comentarios de marcado carácter racista que se pueden leer estos días en las noticias que tienen que ver con el asesinato de Laura G., pero no sólo. También en las que hablan de los altercados en el Príncipe y muchas otras. Entendemos que debemos una explicación a los lectores y una reflexión general que nos gustaría que llegara al presidente de la Ciudad, Juan Vivas.

Quizás han descubierto comentarios de este calado ahora dada la gran difusión que ha tenido la tragedia, si bien, para nosotros no son nuevos. Existen, están ahí, en cada noticia que puede servir de excusa afloran, a veces en cualquier noticia y sin excusa. Nosotros en primavera ya recopilamos en un reportaje algunos de los más salvajes que habían dejado cientos de ceutíes en los foros de este diario digital en un molesto artículo titulado ‘Racistas, ‘antimoros’ y otros residentes’. Aquellos como estos y como los que ha habido entre medias son la prueba latente de que los ceutíes tenemos un problema de racismo. No todos son racistas, sólo algunos, pero el problema sí es de todos.

Tal vez algún lector llegue ahora a esto y ande perdido. Puede echar un vistazo a los comentarios dejados por los lectores, siguen ahí y ahí seguirán, como testimonio de lo que está mal. Algunos ceutíes relacionan rápidamente ante cualquier noticia negativa la fe musulmana, con la nacionalidad marroquí y ambas con la maldad y el desprecio a las leyes. Es incluso algo más malvado y retorcido que este pequeño resumen. Hay mucha maldad concentrada a lo largo de cientos de comentarios.

Son comentarios que nos indignan, como a muchos de nuestros lectores. Hay varias razones para publicarlos, algunos creerán que vamos a hablar de libertad de expresión. No, esta no debe estar por encima del respeto a unas creencias religiosas, a las etnias, a las nacionalidades y a las peculiaridades culturales de la comunidad. Si hemos dejado que la gente se exprese en los foros de forma racista y comparta su racismo es por un motivo. Las autoridades, quienes tienen competencias para poner medios en atajar este problema de todos, siguen negándolo.

Y ante esa negación creemos que como servicio público tenemos la obligación de destapar un problema o, como en este caso, permitir que se destape por sí mismo. Si mañana surgiera un partido político, como en Cataluña, que pregonara en su ideario ideas como las que han reflejado nuestros lectores sería noticia, probablemente nacional.

A Delegación del Gobierno no se la espera en este asunto, por desgracia. Nunca ha dicho nada y ya no lo va a decir. El Gobierno de la Ciudad Autónoma dejó pasar las últimas oportunidades surgidas de los brotes de racismo que de vez en cuando sacuden la ciudad. En el Senado siguen escritas unas actas que manchan el buen nombre de Ceuta y de parte de su población sin que nadie quiera remediarlo. Se sigue pensando que por encima de todo está la convivencia magnífica, el crisol de culturas y otros lemas turísticos, que quedan en entre dicho en nuestros foros, día sí y día tambíen.

Sabemos que Juan Vivas es especialmente sensible con los temas de la convivencia. Hace bien. Pero queremos pedirle que por una vez no mida las repercusiones políticas, si alguien se lo puede permitir es él. Que piense en su legado. Que coja el toro por los cuernos y que promueva alguna iniciativa, que la lidere él, que ponga negro sobre blanco que el racismo no puede tolerarse en esta sociedad. Es un germen peligroso que nos puede llevar a la destrucción como sociedad. Las semillas están creciendo, hay que arrancarlas, para evitar mayores problemas.

Es cierto, que en Ceuta más allá de lo que piensen muchos, se coexiste con relativo éxito teniendo en cuenta lo reducido de territorio, la densidad de población, y la concentración de culturas diversas. Es cierto que por fortuna rara vez esa convivencia se ha roto dando lugar a incidentes. Para ser justos, debemos señalar que si alguna comunidad ha sufrido en sus carnes la ruptura de esa convivencia ha sido la hebrea, ataques a la sinagoga incluidos. Pero no es menos cierto que la comunidad musulmana se ha sentido agredida en muchas ocasiones y, para mayor INRI, esos ataques vinieron con un componente institucional muy preocupante, la chirigota, ahora reconocida culpable de rebasar los límites de la decencia, a pesar del Carnaval, fue premiada. ¿Se le ha retirado ya el premio, tal y como estableció el acuerdo Plenario? Si es que sí ¿por qué no se hace público? Si es que no ¿a qué esperan? Las actas del Senado con las palabras de Carolina Pérez siguen ahí, y ella también, sigue como cargo político de confianza.

Las piedras que caen sobre todo servicio público (policías, bomberos, autobús, ambulancias…) en el barrio marginal de El Príncipe, no dejan de ser otro aviso de que la convivencia puede estar cerca de romperse. Que unos se sienten vilipendiados por los otros, olvidados, marginales, y devuelven el odio con más odio.

No queremos culpabilizar al Gobierno, ni menos a Vivas. Queremos que se olvide todo esto, que el presidente y su Ejecutivo den un paso al frente –no hace falta ni que reconozcan error por error- basta con que digan que las cosas se podían haber hecho mejor y que pongan los medios de ahora en adelante para intentar esa mejora. Y nos encontrarán a su lado en esa lucha como medio de comunicación y como parte de la sociedad.

Hasta entonces, nosotros vamos a seguir denunciando el problema y consintiendo algunos de los comentarios racistas con los que nuestros lectores nos recuerdan día sí y día también que Ceuta tiene un problema como sociedad que está por resolver, que aún no es grave, pero que puede llegar a ser mortal. El día que las autoridades tomen cartas en el asunto nuestro compromiso será el de contribuir a la paz negando la palabra pública a quienes no son digna de ella y vienen a perturbar y hacer daño. Hasta entonces, mientras no seamos conscientes del problema todos y en especial quien tiene el deber de contribuir a solucionarlo, creemos que en nada ayuda esconderlo debajo de la alfombra. Reconocer cualquier problema es el primer paso para solucionarlo, nunca negarlo.

Y el problema urge atajarlo ahora, antes de que pase algo más grave y nos lamentemos todos. Los ánimos están caldeados y pensar que no es malo que muchos alberguen ese sentimiento tan negativo en lo más adentro de su ser es un error. Pensar que esto es fruto del calentón del momento es negar la evidencia. Se pueden leer los foros de Laura G. y llegar a autoconvencerse con ese argumento de que no existe problema alguno, pero hay otros comentarios en noticias que no generan la indignación a la que incita un vil asesinado de una joven. Busquen en cualquier noticia que recoja una propuesta de Caballas o del PDSC. Busquen en las noticias referidas a los Príncipes, en las que tienen que ver con la miseria que siguen viviendo en el Hostal Lisboa, en las que recogen las celebraciones de fiestas de la comunidad musulmana. Lean el problema y pongan medios para atajarlo antes de que sea más difícil.

Nosotros como medio de comunicación poco más podemos hacer que señalar el problema o permitir que se señale por sí mismo. Compete a las autoridades tener iniciativa para solucionarlo. Poner medios para resolver esto no es denigrar la convivencia pacífica y ejemplar, es más bien al contrario cumplir la obligación de actuar para seguir preservando la coexistencia pacífica y trabajar para convertirla en verdadera convivencia. Es su obligación, no la eludan. Sean valientes.

A los lectores les pedimos disculpas si se han sentido molestos y esperamos que sepan entender nuestro parecer en este asunto y les invitamos a que rebatan con sus argumentos y su parecer en la página y en el día a día cualquier comportamiento racista, que lo combatan. Nos va el futuro en ello y es una labor de todos.