Esa pregunta se la hacen muchos tras la aprobación de las medidas fiscales en el pasado pleno, las cuales eran totalmente desconocidas por un Consejo Económico y Social que quedó "herido de muerte" a principios de 2008.

En Febrero del año pasado, el CES fue ninguneado cuando el Pleno de la Asamblea aprobó el arrendamiento de la Manzana del Revellín para ubicar el mercado, sin tener el dictamen del consejo. Posteriormente se defendió también el traslado del mercado. Pese a esto muchos de los que levantaron la mano en el seno del CES siguen esperando explicaciones del propio Gobierno, que les "convenció" para votar  algo que finalmente no ocurrió.

En el pasado pleno de la Ciudad el CES volvió a ser ninguneado. Las medidas fiscales aprobadas no fueron comunicadas ni estudiadas por la entidad. Evidentemente el Gobierno podrá escudarse, una vez más, en que los dictámenes del CES no son vinculantes, evidentemente la Ciudad hace caso omiso a cualquiera de las recomendaciones que desde la entidad se hace al Gobierno, pero el CES debe servir para algo, ¿o no?.

Por un mínimo principio de dignidad y honor, el CES debe pronunciarse. Por un mínimo principio de dignidad y honor el pronunciamiento debe ser real, sincero y no dirigido desde la Plaza de África como ha ocurrido en ocasiones anteriores.

Como se suele decir "más vale una vez colorado que ciento amarillo". Hay miembros del CES que han quedado en más de una ocasión en entredicho, que se han puesto "amarillos" por hacerle el juego al Gobierno, Gobierno que a las primeras de cambio ningunea a la entidad, y a los que levantan la mano siguiendo ordenes. Ante esto mejor quedarse en casa.