- Definitivamente el gobierno de la ciudad ha perdido el rumbo. Sólo eso puede explicar que lleve toda esta legislatura actuando a golpe de bandazos.

Ahora sí, ahora no.

Según el momento, según las críticas, según el interés, según, según...

Cambian de rumbo sobre la marcha. Ya no importa, ni siquiera, guardar las formas, -¿para qué si tenemos mayoría absoluta? Piensa más de un@.

Primero se anuncia, porque comprenderán que el gobierno tiene que salir en los medios a diario aunque sea para no decir nada, y después…pues después ya se verá…la cuestión es intentar agradar a cuantos más mejor (inconscientes del creciente desencanto con su proceder).

¿Será el poder el que hace que la prepotencia corone y anide en algunas de las cabezas de quienes tienen que dirigir el rumbo del barco? ¿Realmente puede alguien que está en política, con presunta vocación de servicio público, creerse que va a tener perpetuamente el bastón de mando? No lo sé, pero eso explicaría la lejanía real de este gobierno con respecto a las inquietudes y preocupaciones cotidianas del más común de los mortales.

Podríamos hacer un largo y extenso repaso de todo lo que se dijo que se iba a hacer y no se hizo como por ejemplo destinar el centro de realojo temporal de hadú, y que costó casi cinco millones de euros, a las familias que por causa mayor se quedasen sin un techo y que tras muchos bandazos aún no está realmente claro el uso que se le va a dar ya que sólo tenemos anuncios mediáticos pero ningún documento que realmente acredite el uso, por tanto, los cambios siguen siendo posibles…; también de lo que no se iba a hacer y sin embargo se hace como reclamar judicialmente el pago a las familias que viven en loma colmenar cuando se supone que ya se había llegado a un acuerdo con los servicios tributarios de la ciudad…pero eso salta a la vista de cualquiera que sea ligeramente observador y vea cómo actúa el gobierno del PP.

Son una especie de Doctor Jekyll y mister Hide: mientras el primero sonríe y anuncia buenas nuevas, el segundo actúa de manera absolutamente reprobable.

Es muy llamativo que hasta sus propios votantes, en muchas cuestiones, discrepen profundamente del modo de proceder del ejecutivo local.

Me parece realmente preocupante la soberbia con la que algunas personas se sienten erigidas en representantes de la ciudadanía justamente para hacer aquello que rechaza cualquiera con algo de sentido común.

Es peligroso estar gobernados por gente que no tiene las ideas claras.

Que no traza bien el trayecto antes de recorrerlo.

Que primero anuncia y luego estudia.

Que no acepta críticas, quejas ni sugerencias.

Pero tal vez sea más peligroso aún consentirlo. Permitirles creer que pueden hacer lo que quieran como quieran. Quienes nos gobiernan deberían ser conscientes de que, por afortuna, la rebeldía y la resistencia pululan cada vez más libremente entre la ciudadanía que antes que después les removerá de su comodidad.