- Hoy, en el Día Internacional de las Personas Mayores, es preciso conmemorar y aludir más que nunca al artículo 50 recogido en nuestra Constitución Española, el cual cita y proclama que: “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica de los ciudadanos durante la tercera edad.

Asimismo, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales y atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio”.

Mejorar la calidad de vida de nuestros y nuestras mayores debe de ser una línea de acción e intervención de obligado e ineludible cumplimiento. De modo que, favorecer la promoción de las personas mayores o de la tercera edad y optimizar las posibilidades de participación social de este colectivo, son objetivos que el gobierno debe de tener muy en cuenta y constantemente en sus “agendas”, en aras de evitar y salvar cualquier ápice de desigualdad, marginación, discriminación y/o exclusión que puedan padecer o sufrir quienes han dedicado, dedican y dedicarán una relevante contribución y repercusión social.

Atendiendo a los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística, la Tasa de Pobreza y Riesgo de exclusión social registra en Ceuta, un 47%, suponiendo un aumento de más de 6 puntos respecto a la tasa registrada durante el 2007. Desgraciadamente a Ceuta se la conoce por registrar los peores índices sociales no sólo a nivel nacional sino a nivel europeo.

Muchas de las personas que engloban y lamentablemente forman parte de ese 47% de población que se encuentra en situación o riesgo de exclusión social, son personas mayores, personas de la tercera edad que padecen y soportan entre otros aspectos penurias, miserias, y aislamiento social.

Es por ello, que hemos de ser conscientes que dicho porcentaje, no es sólo un mero dígito más, recogido, en las distintas series estadísticas e informes económicos y sociales. Dicho porcentaje esconde tras él la dureza de tener que subsistir y luchar contra la desigualdad y la exclusión social. Con respecto a esto último destacar desde aquí, mi compromiso y gratitud con la solidaridad e implicación de la ciudadanía en mejorar la calidad de vida de nuestros y nuestras mayores.

Hoy en el día internacional de las personas mayores, estas líneas, buscan conmemorar el esfuerzo y dedicación de nuestros y nuestras personas mayores y es por ello que es necesario declarar algunas de las situaciones observadas en nuestra ciudad, como es el caso de la realidad en la que viven muchas ceutíes en el Poblado de Regulares, viudas de quienes lucharon y dieron su vida por este país. El silencio al que es sometida su causa no tiene precedentes así como el abandono y exclusión social en la que se encuentran sus víctimas.

Parece ser que nuestros mayores sólo sirven para llenar mítines, hacer discursos vacíos y recordarles en “su” día. La continuidad de la situación que viven estas personas es un verdadero atentado hacia la dignidad no sólo de las mismas sino a la del conjunto de nuestra sociedad. Por ello, con el fin de hacer efectivo el reconocimiento explícito y evidente de nuestra máxima manifestación jurídica, es justo y necesario la colaboración y organización necesaria entre los órganos competentes y responsables en la materia y el sistema público de los servicios sociales para dar respuesta a esta situación de desigualdad y vulnerabilidad descrita, que logre poner fin en este caso a una injusticia histórica.

Las personas mayores son un asunto social, una cuestión constante que requiere del esfuerzo, coordinación y cooperación de todos y todas. Asegurar el bienestar personal, familiar, económico y social de las personas mayores ha de ser una estrategia social básica, integral y específica, con la cual abordar y dar respuestas a las necesidades de las personas mayores, a fin de promover su inclusión e inserción en igualdad de oportunidades.