- Otra vez es 8 de marzo.

Otra vez toca aguantar escuchar a aquellos para los que la palabra igualdad solo suena en su cerebro y en su boca una vez al año. Tanto que se les descompone la cara al soltarla y agradecen usarla sólo un día.

La hipocresía harta.

El falserío más.

Y el cinismo es un deporte demasiado extendido.

Que le hablen de igualdad a todas esas mujeres para las que la palabra conciliación es sólo eso, una palabra, porque la conciliación que existe es una forma disfrazada de decir que se tiene que sacar tiempo para hacer de todo. Salvo honrosas excepciones, como en todo.

Que le hablen de igualdad a todas esas mujeres que no promocionan ni promocionarán en su trabajo porque tienen hijos pequeños o padres mayores y para el jefe/a de turno no les es rentable.

Que les hablen de igualdad a quienes ven cómo sus nóminas son inferiores a las de sus compañeros (según la OIT, organización internacional del trabajo, hasta un 17% menos de promedio)

Que les hablen de igualdad a todas las que alguna vez han sido acosadas o estereotipadas por ser como son.

Que les hablen de igualdad a quienes serían mandadas a la hoguera por más de uno y de una por luchar por esa igualdad y no someterse a nadie.

Que nos hablen de igualdad pero no con palabras bonitas si no con las crueles realidades que encima no decimos para que no se nos tache de víctimas cuando son los propios verdugos quienes recurren a cualquier forma de victimismo.

Que me hablen de igualdad...

Que te hablen de igualdad...

Pero desde el convencimiento, no desde las falsas poses que de eso, ya estamos bien servidxs.

Mientras que cambiamos las cosas, que sigan acordándose de nosotras sólo el 8 de marzo. Esa es la igualdad que conocen algunos y que permiten a veces algunas.

A pesar de toda esa hipocresía, la lucha y el esfuerzo continúan!