- Ceuta. Crisol de Culturas. Paradigma de coexistencia y supervivencia más que de convivencia por desgracia. Pequeña ciudad de múltiples variantes y contrastes.

¿Seguimos siendo la ciudad del nosotros y vosotros? ¿Hasta cuándo queremos seguir siéndolo? Queremos sí. Porque a fin de cuentas, depende de nosotros. De todos los que formamos la ciudad. ¿Nos afectan igual las mismas cosas? ¿Somos una ciudad cohesionada y unida o más bien fraccionada? ¿Por qué? ¿Cuánta responsabilidad tenemos? ¿Es sólo una cuestión política? ¿De intereses? ¿Social?

Pasan los años, me hago cada vez más mayor y no termino de ver lo que quisiera, aunque quiero pensar que algún día lo veré (ser pesimista no sirve de mucho). La desaparición de ese nosotros y vosotros que siempre he conocido como algo “normal” sin serlo. Los recelos. Las dudas. Las desconfianzas. Y lo peor: las generalizaciones. Qué fácil resulta a algunas personas meter a todo el mundo en el mismo saco. Es la opción cómoda supongo. La sencilla. El pensar que todo lo diferente es malo. Reduciéndolo todo a bueno o malo. A blanco o negro. Sin grises. Sin matices. Desde pequeños. A veces basta una mala experiencia para ponerle la cruz a alguien.

¿Es esta la ciudad que queremos para las próximas generaciones?

Esto no es sólo una cuestión política. Que también. Es una cuestión social. Ambas se retroalimentan. La política, mal que les pese a algunos, influye en todo. Por todo debe hacerse mirando siempre por lo mejor para los ceutíes. Y por eso es importante qué tipo de política elegimos y queremos. Se puede pensar que las políticas solidarias o insolidarias, más restrictivas o menos, al final, no las hace el ciudadano directamente. Cierto. Pero sí que escoge cada x tiempo quiénes la harán en su línea de entender las cosas.

Socialmente, no escapamos ninguno a nuestra responsabilidad. Intervenimos e interactuamos todos. Unos más, otros menos, pero todos. De nosotros, un nosotros inclusivo sin pensar en el vosotros, dependen los cambios que queramos ver. ¿Por qué seguimos anclados en miedos y estereotipos? Es evidente que hay quienes alimentan esos sentimientos y los contagian a quienes los rodean. Y también es evidente que no estamos inmunizados ante ellos. Ni por uno ni por otro lado. Ya va siendo hora de que seamos conscientes de lo importante que es aceptar la naturaleza heterogénea de la ciudadanía, aceptarnos unos a otros con nuestras virtudes y defectos si queremos hacer de esta ciudad un lugar mejor para todos.

Dos no discuten si uno no quiere.

Pero tampoco se relacionan si ese otro no quiere.