- ¿Es necesario disponer de unos servicios sociales públicos de calidad?

¿Debería ser una prioridad de los poderes públicos luchar contra la pobreza, marginación y desigualdad de su pueblo y atender a toda la ciudadanía en igualdad de oportunidades? Parecen unas preguntas de respuestas evidentes para quienes se interesan y preocupan por salvaguardar y defender los intereses de quienes más lo necesitan; Sin embargo, para quienes ese compromiso debe de ser ”Ley” estas reflexiones no forman parte de su repertorio y mucho menos están presentes como actuaciones primordiales de las cabezas pensantes que nos gobiernan, demasiado ocupadas en pensar como agradar y tener contentos a sus amigos y amigas de categoría "luxe".

Por mucho que se les llene la boca al hablar de inversión en políticas sociales, lo cierto es que la calidad de las mismas sigue disminuyendo a un ritmo vertiginoso, al ritmo que marca querer cubrir trámites sin atender necesidades (a veces ni eso) y al ritmo que marcan otras prioridades muy lejanas de las relacionadas con dar cobertura real a las demandas ciudadanas.

Siguen sin entender que no es caridad, sino solidaridad. Siguen sin entender que no es un favor, sino un derecho. Siguen sin entender que el objetivo de cualquier gobierno tiene que pasar, ineludiblemente, por garantizar unos recursos vitales mínimos a todos por igual (¿Acaso no son conscientes los gobernantes de la necesidad de intervenir, de la necesidad de evitar y paliar el desarraigo y la exclusión social?).

Si al gobierno de esta ciudad le importase el bienestar social apostaría realmente por unos servicios sociales de calidad y no solo por la actitud de un paternalismo mal entendido. Sin embargo, siguiendo la línea del PP a nivel nacional, que llegó incluso a criticar lo inoportunos que eran en su opinión hasta los informes de Cáritas (extraña seña de identidad politica que en vez de premiar la solidaridad e iniciativa social, critica por reflejar la realidad) el PP de Ceuta ha optado por ir desmantelando progresivamente los servicios sociales comunitarios.

Empezó reduciendo las partidas presupuestarias año tras año (aunque las manipulan y aportan datos que no son únicamente de servicios sociales para excusarse).

Continuo poniendo de manifiesto, día a día, lo nefasto de sus directrices políticas, frustrantes para cualquiera con un mínimo de sensibilidad y de vocación por ayudar a quienes lo necesitan; Y ahora, continuando el desmantelamiento progresivo, opta por ir sacando de su abanico de competencias los servicios atribuidos históricamente a un organismo público en garantía del derecho a la asistencia social y del mismo estado del bienestar.

En breve, todo lo relacionado con las ayudas para pagar luz, agua, medicamentos o alimentos dejara de ser gestionado por los servicios sociales. Si se tratase de una Margarita, sería como dejarla sin pétalos.

Somos la ciudad en la que la brecha social es la más elevada (según datos de la Encuesta de Calidad de Vida) La privatización no debería ni de plantearse para los servicios públicos esenciales, independientemente de que se complemente o refuerce la gestión a través de las entidades "sin ánimo de lucro" pero eso al gobierno del PP no debe interesarles mucho cuando el señor Alcalde, esa persona tan cercana y entrañable a la que le encanta pasear por nuestras calles para conocer los problemas de sus ciudadanos (¡ah! Que ahora va en coche de su casa al despacho, porque ahora molestamos) ha dado el visto bueno al desmantelamiento de los servicios sociales posiblemente sin tener ni siquiera en cuenta la opinión de los profesionales. Porque él lo vale y lo puede.

¿Qué será lo siguiente?