- Es como parece organizarse muchas veces el gobierno de la ciudad.

Demasiados claroscuros.

Con más oscuros que claros.

Y con diferencias más que notables que se agudizan y se notan especialmente en una pequeña ciudad como la nuestra en la que hay excesivos contrastes.

Además, el hecho de que tengamos algo así como un alcalde perpetuo, con su séquito de reyes y reinas de taifas durante tantos años seguidos no contribuye a mejorar como sociedad (Ya sé que si están es porque han sido apoyados por muchas personas pero no hay que olvidar que son muchísimas más las que prefieren no participar en la elección) Sin embargo, y tal vez impregnados de la erótica del poder, ninguno/ninguna, reconoce sus errores ni mucho menos asume su responsabilidad.

Como en las taifas, cada componente del gobierno de la ciudad hace, deshace y rehace a su antojo. Algunos más que otros ciertamente. Pero todos según su criterio. Prestando cuentas, si se les piden, ante el alcalde perpetuo pero obviando que las cuentas se tienen que dar al pueblo. A la calle. A la gente.

Quienes estamos en política asistimos pasando vergüenza ajena a la situación actual. A que nadie responda de que Ceuta tenga tantas personas paradas. Y tantas personas pobres. Nadie responde de la nefasta gestión que permite que solicitantes del ingreso mínimo de inserción tengan que esperar más de un mes para ser recibidos y comenzar (sí, solo comenzar) a tramitar las ayudas correspondientes que luego tardarán alrededor de tres meses en concederse o no ¿Y qué pasa mientras tanto? ¿Le preocupa al PP que esas familias no tengan ningún ingreso durante ese tiempo? Parece ser que no.

Sobra decir que personifico en el PP porque es quien da las directrices.

Quien reparte el bacalao.

Quien ordena y manda.

Y a la vez, el mismo día que ves ese “vuelva usted en un mes y de mientras búsquese la vida” te enteras de que en otras taifas, mal llamadas aquí fundaciones tiran el dinero y autorizan gastos absurdos. Por ejemplo, ¿para qué quieren en la fundación de las comilonas (oficialmente premio convivencia -palabra prostituída totalmente por el PP para servir a sus intereses y que me niego a utilizar en el mismo sentido que ellos-) una tablet? ¿Es para jugar al apalabrados? ¿Qué trabajo no podrán hacer desde un ordenador? Pues se gastan, de su bolsillo y el mío, casi 500 euros en comprarse una tablet (con su fundita por supuesto).

Sin pudor ni rubor.

Les da igual.

Invita la casa. Porque todavía si fuera algo imprescindible, pues se podría entender pero un objeto electrónico de este tipo no lo es (de hecho si lo fuera, muchos funcionarios las tendrían con cargo al erario público –aunque si a los de la fundación se lo permiten, les animo a ellos también a pedirle al jefe de su taifa que les compre una tablet con funda o cualquier caprichito electrónico, para no ser discriminados. Aunque sé que la mayoría también sienten vergüenza ajena ante este tipo de situaciones).

Como estos, montones de “gastitos” indignantes de los que nadie se considera responsable.

Todos esos contrastes exigen cambios.

Pero los cambios, o los provocamos con nuestras acciones o seguiremos viendo cómo las taifas se gastan nuestro dinero con el beneplácito del alcalde perpetuo.