- Esa es la cuestión.

En Ceuta crece nuevamente el paro y lamentablemente parece no sorprender a nadie. Es como cuando alguien ha visto tantas imágenes de guerra y sufrimiento que termina por hacerse insensible al dolor ajeno. Todos estos años sumidos en el declive del empleo de nuestra ciudad no han servido para que quienes pueden hacer algo por evitarlo, gobierno local y delegación del gobierno, lo hagan.

Más bien todo lo contrario, ya que lejos de realizar una profunda autocrítica para analizar los fallos de lo poco que se ha podido hacer y asumir responsabilidades lo fácil siempre es echar la culpa a factores externos, llámense como se llamen.

Los que podrían hacer algo, se limitan a buscar excusas sin ser conscientes de que lo que tienen que hacer es asumir la responsabilidad de la gestión e intentar solucionar un mal tan endémico para la gente de Ceuta como es la falta de empleo

¿Qué se está haciendo por generar riqueza en Ceuta? ¿existen incentivos y ayudas a personas empresarias y emprendedoras para fomentar la creación de empleo y la contratación? ¿se aprovechan suficientemente bien los planes de empleo para lograr que quienes los finalicen tengan más posibilidades de encontrar un trabajo que cuando los empezaron? …

A este paso, la consejería de empleo local quizás debería plantearse llamarse de desempleo al igual que los planes de empleo locales deberían cambiar su denominación por la de parches semestrales al desempleo, y es que ni una ni otros han conseguido frenar el número de personas que, pese a intentarlo por activa y por pasiva, no encuentran trabajo en su ciudad, viéndose sumidos en una situación de abandono institucional y de desesperación personal.

Y si a ello sumamos que las propuestas que ha venido haciendo el principal grupo de la oposición han ido cayendo en saco rato o en el cajón del olvido, la gravedad es aún mayor. Es decir, a nivel local, tenemos la situación del perro del hortelano, ese que ni come ni deja comer pero muerde la mano, y es que, el gobierno de la ciudad, ni hace ni deja hacer pese a aprobar nuestras propuestas en el Pleno de la Asamblea.

Cuando algo no funciona, lo mejor es cambiarlo, especialmente cuando afecta a nuestro futuro, al de todos y todas, aunque lamentable no parece ser que los que nos gobiernan estén en la misma sintonía y piensen igual.