Hace pocos días se llevaba a cabo una concentración de profesionales y usuarios de la sanidad ceutí ante las puertas de la Delegación del Gobierno, para pedir una sanidad digna para Ceuta. Desde el INGESA, su Director Territorial niega que las movilizaciones estén justificadas y, a través de un despliegue propagandístico desconocido, se esfuerza en aportar datos que, según él, demostrarían que, ni los usuarios ni los sindicatos llevan razón. Es más, afirma que 2009 ha sido uno de los mejores años de la Sanidad ceutí. Vamos, que nos quejamos por vicio, o por mala intencionalidad.
 
No voy a entrar en el debate de los datos que aporta el Sr. Lopera, pues para hacerlo, previamente debería de estudiarlos y, sobre todo, asegurarme de que los mismos han sido convenientemente auditados por un organismo independiente. Pero sí voy a recurrir a lo que el propio Ministerio de Sanidad ha publicado recientemente sobre el estado de la Sanidad en 2010, que utiliza datos de todas las Comunidades españolas referidos a 2007 y 2008, fundamentalmente, y en algunos casos, de 2009. Esto nos permitirá hacer algunas comparaciones que podrían contribuir a enriquecer el debate que hay en torno a dicho tema en nuestra ciudad.

 

Lo primero que se debe recordar es que la Constitución Española establece en su artículo 43 el derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria de todos los ciudadanos en condiciones de igualdad. Y además, que ha de financiarse públicamente, ser gratuita y prestarse de forma universal. Y también que los ciudadanos tienen unos derechos y deberes definidos por los poderes públicos. Por último, también es preciso tener en cuenta que cada Comunidad cuenta con su propio Servicio de Salud, para así acercar la gestión sanitaria a los ciudadanos, menos en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, en donde es la Administración Central la que gestiona la sanidad a través del INGESA. Es esta lejanía de los órganos de gestión lo que causa contínuos problemas. También ocurre en el otro gran sector no transferido, como es la Educación.

 

Seleccionando los datos más importantes, en España nos gastamos aproximadamente un 8,5% del PIB en sanidad (por debajo de los principales países de la Unión Europea). De éste, el gasto público sanitario es del 6.1% del PIB, lo que supone un gasto de 1.421 euros por persona y año. De lo anterior, un 54% se dedica a servicios hospitalarios y especializados, un 19,8% para prestaciones farmacéuticas, un 15,7% para servicios de atención primaria y un 1,4% para lo que se denomina salud pública. Son estos datos, entre otros factores, los que, sin duda, llevan a que un 68.1% de ciudadanos tenga una valoración positiva del Sistema Nacional de Salud, mientras que un 26,2% considere que necesita cambios. Y también a que nuestra esperanza de vida al nacer esté en 81,1 años, por encima de la de la Unión Europea de los 27, que se sitúa en los 79 años, o a que un 75,2% de los hombres españoles, y un 65% de las mujeres, valoren su salud como buena o muy buena.

 

De todos los datos que aporta el Ministerio, y en referencia a Ceuta, destacan tres indicadores que, bajo mi punto de vista, reflejan bastante bien nuestra realidad, y justifican el malestar que los profesionales sanitarios han mostrado en sus protestas. El bajo grado de satisfacción de los usuarios; un número de camas hospitalarias por debajo de la media nacional; y un gasto sanitario por persona y año, también más bajo que dicha media. Veamos.

 

Respecto al primero, Ceuta se situa a la cola de todas las Comunidades, y también de Melilla, quedando por detrás sólo Canarias. Así, el porcentaje de satisfacción de los usuarios es inferior a la media nacional en casi catorce puntos, al ser sólo un 54,2% los que tienen una valoración positiva del sistema sanitario, y un 34,4% los que consideran que necesita cambios. Respecto a Melilla estamos también por debajo en casi diez puntos. En lo referente al número de camas hospitalarias por cada diez mil habitantes (incluyendo los establecimientos militares), nos situamos en 27,5 en 2008 (último dato que se ofrece), frente a las 34,8 de España. Por último, respecto al gasto sanitario por persona y año, estaríamos aproximadamente en 1.177 euros, lo que supone un 17% menos que la media nacional. Datos que posiblemente hayan variado algo en 2009, pero únicamente por la entrada en funcionamiento del nuevo hospital, no por el incremento de plantillas de personal.

 

Es decir, que a pesar de los positivos cambios en infraestructuras que se están danto en la sanidad ceutí (no por voluntad del Sr. Lopera, que en su día, siendo Director del antiguo Hospital, se opuso con todas sus fuerzas a que se aprobara la construcción de uno nuevo), sigue habiendo un déficit de personal y de recursos económicos, agravado por la enorme masa de usuarios extranjeros no reconocidos oficialmente, que son atendidos a diario en nuestro sistema sanitario. Esto es lo que estarían reflejando las encuestas respecto a la falta de confianza de los usuarios ceutíes en su sanidad.

 

Pues bien, éste último dato, que por sí solo debería de ser suficiente para iniciar un profundo debate respecto a la situación real de nuestra sanidad, en nuestro caso está sirviendo para todo lo contrario. Desde la actual dirección del INGESA en Ceuta, de forma sectaria, se propugna el enfrentamiento con los representantes del personal. Y desde la Delegación del Gobierno se sostiene a unos gestores que han dado muestras evidentes de su incapacidad para gestionar la sanidad ceutí. Porque, ni los más experimentados gestores (que no es el caso), pueden aguantar con una opinión pública en contra.

 

Por mucho menos de esto han caido equipos directivos enteros en otras Comunidades. Lease Andalucía, por ejemplo. Lo que ocurre es que aquí el que tiene que tomar la decisión (el Delegado del Gobierno), sin duda mal aconsejado, piensa que somos los demás los que llevamos el paso cambiado. Así nos va.