Nos dice la portavoz del gobierno Vivas que no nos preocupemos, que el agua que traiga el buque aljibe será analizada sanitariamente por el laboratorio municipal, para garantizar a los ciudadanos que lo que beben tiene todas las garantías. Y además, que han conseguido rebajar el precio del metro cúbico de agua casi a la mitad, gracias a la pericia de los negociadores. Pero que no nos preocupemos, que esto se abonará mediante un 'reglamento' de Tesorería, para así conseguir que no se vean afectadas las inversiones. Y tampoco el bolsillo de los ciudadanos. Es decir, que no lo vamos a pagar nosotros, tal y como dijo el Presidente. Así que esta noche voy a dormir tranquilo. No me va a faltar agua. No me va a costar nada. Y gracias al ingenio financiero de Vivas y de su Interventor, tampoco se van a tocar otras partidas del gasto público.
 
Como ya escribí en estas páginas, el pasado año visité la Expo de Zaragoza. El tema escogido fue el agua, elemento vital sin el que sería imposible la vida en nuestro planeta. Allí se decía que un problema importante en el mundo es su mal reparto, pues una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable, y cada tres segundos muere en el mundo un niño por enfermedades relacionadas con esa falta, calculándose que en 2025, si se sigue por el mismo camino, serán dos de cada tres personas las que no tengan ese acceso al agua potable garantizado.

 

Una persona necesita, aproximadamente, 20 litros de agua diarios para llevar una vida saludable. En los países desarrollados el consumo medio diario es cercano a los 200 litros. Pero hay alternativas para un uso sostenible; desde ingenios para ahorrar agua y energía, hasta formas de consumo responsable y solidario, pues el agua, utilizada como fuente de poder puede ser terrible, pero usada como mecanismo de solidaridad, puede ayudar a hacer un mundo mejor.

 

Viene esto a cuento del bochornoso espectáculo que estamos viviendo en Ceuta, a propósito de la gestión que se ha hecho del agua. Mentiras. Verdades a medias. Desmentidos. Comparecencias públicas que en otro lugar serían motivo de escándalo, aquí pasan como normales. Todo vale con tal de ocultar la verdad de esta historia al ciudadano. Este verano los cortes de suministro eran consecuencia de la baja presión y de las obras de saneamiento. Pero no faltaba agua, según el gobierno de la ciudad. Antes, la eficiente política de gestión del agua, consistente en cortar el suministro desde la desaladora y acudir a los pantanos, nos había supuesto 600.000 euros de ahorro, por la cantidad que no tendríamos que pagar a la empresa que la gestiona. Ahora, los 750.000 euros que, como poco, nos costará el buque aljibe, consecuencia de los anteriores ahorros, los pagará un 'reglamento' de Tesorería. No los ciudadanos.

 

En 1612 Galileo estableció los principios que regulan la llamada teoría de los vasos comunicantes. Según la misma, cuando dos vasos están comunicados y el líquido que hay en ambos es el mismo, siempre estarán al mismo nivel. Pero si dicho fluido es distinto, entonces el más denso ocasionará que el nivel del otro sea inversamente proporcional. Por esta razón, y como aplicación práctica de esta teoría, los depósitos de aguas municipales suelen estar a una altura superior a la de los lugares a los que hay que abastecer. Así el agua caerá por su propio peso. Pero si además, el abastecimiento se hace directamente desde uno de los vasos comunicantes, la desaladora, que para eso se montó, entonces el pantano, es decir, el otro vaso, no bajará de nivel, o al menos no lo hará tanto, incluso aunque las condiciones climatológicas sean adversas. Es decir, la culpa se la echarán al ingeniero que no supo hacer los cálculos.

 

Pero el problema, en esta ocasión, creo que no está sólo en la mala gestión del agua, sino en la extrema debilidad de las arcas municipales. Por esta razón se dio la orden de parar la desaladora, para así ahorrarnos lo que ahora vamos a pagar al doble. Este ahorro, junto a la deuda que ya se mantiene con la empresa que la gestiona, está trayendo ya las primeras consecuencias. Se resisten a firmar el convenio colectivo. Como siempre, los paganos últimos los trabajadores. Y más adelante, traerá las siguientes. Los intereses que habrá que pagar por la enorme deuda que se tiene. Es decir, desvestir un santo para vestir a otro.

 

Esta es la magnífica gestión económica del gobierno de Vivas. Pero macetas que no falten. Y ceses de técnicos tampoco. Los políticos, sus asesores y los familiares de unos y otros, intocables. Que para eso ganaron las elecciones. Y luego hablan de Zapatero.