Dentro de la política, ya que estamos, la generalización tiene buena parte de culpa de la tensión irrespirable. El hecho de que el debate -como sucede en los foros de Periodista Digital- se haya reducido a "rojos" y "fachas" saca lo peor de cada uno de nosotros. Si alguien tiene una sensibilidad de izquierdas, o puntualmente se está de acuerdo con el PSOE, prepárense para ser calificado de malgastador, proterrorista, antiespañol o liberticida. Si se es de derechas,o se apoya algo en concreto del PP,sepa que automáticamente será tildado de fascista, insolidario, racista o potentado.
Cualquiera es un señor, cantaba Gardel. Y no le faltaba razón al viejo cantor de tangos. Pero en esto de las generalizaciones, suele haber quien, por no querer señalar a uno, mete a todo el mundo en el mismo saco, aún a sabiendas de que lo que dice, o escribe, es una auténtica mentira.
Hablar de "los medios y la pluralidad informativa" es, también, una injusta generalización. De entrada, cada editor, director o redactor jefe es responsable de lo que se publica y lo que no en cada medio. Por las causas que sean, que se compartirán o no, pero cada uno en su casa decide lo que se hace. Luego, cuando no vemos publicado lo que queremos, o como lo queremos, hablamos de que "todos los medios nos han vetado", aún a sabiendas de que hubo quien si estimó pertinente publicar eso mismo. A veces la generalización deja en evidencia a quien la lleva a efecto. Incluso a quien, por la decisión reiterada de la ciudadanía, debiera gozar de menos minutos y caracteres de los que disfruta.