De nada sirvieron las campañas del miedo ni los chantajes. Los griegos dijeron “No”. Dijeron que no están dispuestos a continuar la senda marcada por la Troika, la senda de la austeridad que tanto dolor ha causado y sigue causando en los pueblos del sur de Europa. Ayer ganó la dignidad.

Más allá de lo que significa para el pueblo heleno, el resultado del referéndum se traduce en una puesta en cuestión de toda la construcción europea. Grecia no ha dicho que no a la Unión Europea, sino a esta Unión Europea, a la Unión Europea de los mercados. En realidad, el pueblo griego ha dicho que no a aquellos que han destrozado el proyecto europeo. Grecia, paradójicamente, está defendiendo a Europa, pues es en el bienestar y los derechos sociales en lo que se fundamentaba la idea europea. Sin democracia social no hay Europa y es en Grecia donde, desde las instituciones, se ha comenzado a pelear por recuperar aquello que podía hacernos sentir orgullosos de haber nacido en este viejo continente.

Resulta imposible no pensar en otros momentos de la historia. Lo que los griegos están gritando es lo mismo que gritaba el pueblo chileno a principios de los años setenta, cuando las oligarquías locales, con la ayuda financiera norteamericana, organizaba paros patronales contra el gobierno legítimo de la Unidad Popular. “Allende, el pueblo te defiende” era lo que al unísono cantaban los trabajadores en las calles de Santiago. Hoy, es el mismo pueblo trabajador el que se reúne en la plaza Syntagma para defender a Tsipras, a Varoufakis y a Syriza, quienes, sin duda, tras la victoria en el referéndum tendrán mucho más poder de negociación. De hecho, algunas de las cuestiones defendidas por el gobierno griego y por diferentes catedráticos y premios Nobel de Economía parece que ya no son tan disparatadas y hasta el propio Fondo Monetario Internacional comienza a ver razonable una quita de la deuda, una deuda que, no lo olvidemos, se incrementó en ochenta puntos bajo las directrices de la Troika y los mandatos de PASOK y Nueva Democracia. Algo se mueve.