- No sé cuántos éramos. Dicen que unos 700. Lo que sí sé es por lo que protestábamos.

Ayer, en la manifestación convocada por la Cumbre Social, no pedíamos otra cosa que justicia, derechos, dignidad. Pedíamos democracia, esa palabra que tanto usan los de arriba y tan pocos entienden lo que significa. Luchar contra el paro, contra la corrupción, los recortes, la desmantelación de los servicios públicos y en favor de los derechos de la clase trabajadora es luchar por la democracia. Luchar contra el Gobierno del PP es ser demócrata.

En España estamos sufriendo un Gobierno despótico y nuestra obligación cívica nos llama a rebelarnos contra él cada vez con mayor intensidad. Ayer, en la concentración, se vieron caras nuevas, lo que es buena señal. Ceuta, la ciudad más dormida de España, podría empezar a despertar de ese letargo ciudadano que la ha llevado a ser la ciudad con más paro de España y con uno de los peores índices de desarrollo social de la Unión Europea. Ojalá sea así, despierte y la positiva sensación de ayer no se quede en nada. Esta ciudad debe levantarse, unirse, cambiar de mentalidad y plantarle cara a sus gobernantes, títeres de un Gobierno central que a su vez es títere de la Troika y el gran capital, poderes a los que nadie ha dado legitimidad democrática.

En la manifestación de ayer no hubo banderines de sindicatos ni pancartas de partidos políticos. No se quiso que prejuicios u opiniones personales sobre tales colectivos pudieran dar pie a la desmovilización de nadie. Fue una movilización de ciudadanos unidos por la bandera del descontento y las ganas de un cambio de 180 grados en la forma de hacer política, un cambio que sólo es posible si nosotros, el pueblo, tomamos conciencia y comenzamos a hacer política...para que no nos la hagan. Actos como el de ayer son un paso en la dirección correcta.