Entre las muchas curiosidades existentes en la lengua inglesa, hoy les voy a hablar de una en especial. Es la que se refiere a la forma que tiene esta lengua de expresar algunas adicciones, con el denominador común del uso de un sufijo que se utilizó en un principio para nombrar a una en concreto y ha extendido su uso para referirse a otras muy distintas.
El sufijo antes mencionado es –holic y se usa para denotar adicción. Originariamente se usaba con la palabra alcohol para definir como alcoholic a una persona que abusa de, o es adicta al alcohol. Del mismo modo, nos encontramos con el sufijo –holism que denota abuso compulsivo o enfermedad derivada del abuso, de manera que el compuesto en este caso es alcoholism.

 

Hasta aquí nada nuevo. Alcoholic y alcoholism son dos palabras que se parecen a nuestras alcohólico y alcoholismo.

 

¿Dónde está entonces, se preguntarán, la curiosidad?. Pues ni más ni menos en que ambos sufijos han extendido su uso más allá del alcohol de manera que hoy en día podemos encontrarlos formando palabras que definen a una persona que es adicta a algo o a la adicción en sí.

 

He aquí algunos ejemplos:

 

Shopaholic: adicto a las compras o comprador compulsivo.

 

Chocoholic: adicto al chocolate.

 

Workaholic: adicto al trabajo.

 

Sexaholic: adicto al sexo.

 

Sugarholic: adicto al azúcar.

 

Danceaholic: adicto al baile.

 

Webaholic: adicto a internet.

 

Son palabras curiosas por la forma que tienen en su lengua y por la imposibilidad de una traducción literal.

 

Esto que suena muy extraño en español, es, sin embargo,algo muy común en inglés, de la misma forma que también nos encontramos con otro tipo de palabras que son fruto de una mezcla de dos términos, como por ejemplo smog (smoke=humo y fog=niebla), brunch (breakfast=desayuno y lunch=almuerzo), cocacolonization (coca-cola y colonization=colonización), netizen (net=red en referencia a internet y citizen=ciudadano), o camcorder(camera=cámara y recorder=grabadora) entre otras muchas.

 

Y es que, como siempre digo cada vez que tengo ocasión, el inglés es una lengua muy práctica en algunos casos. Y si no, intenten traducir algunos de estos compuestos al español. Aunque nunca se sabe, tal vez algún día alguien nos asombre diciendo que es un trabahólico.

 

Saludos.