Las maneras autoritarias y dictatoriales de 'Pinocho' Bel son claras y evidentes desde hace años. Si le llevas la contraria, se rebela. Si la descubres en una mentira flagrante, te insulta. No hace mucho todavía nos sorprendía revelando que lo que de verdad le gustaría es que todos los asuntos en el pleno se resolviesen mediante el voto único, motivo por el que la negativa de la portavoz socialista de negarse a pasar por el aro de las piruetas de Juan Vivas eran considerada casi como una afrenta misma a todos y cada uno de los ceutíes.
La última perla de Yolanda Bel la he escuchado esta mañana en la Cadena SER. Ante las palabras, sensatas como suele ser habitual en él, del jefe de Gabinete de Delegación, Clemente Cerdeira, sobre la intención de la Ciudad de activar las cámaras de vigilancia motu propio y sin consensuar con nadie, nuestra dicharachera portavoz se desmarca asegurando que a ella no le preocupa que la vigilen porque no hace nada malo, e inisinúa como quien no quiere la cosa que si acaso el señor Cerdeira no cumple las reglas de circulación cuando conduce y teme por lo tanto que el celo de la siempre noble Policía Local de Ceuta lo sorprenda en plena transgresión de las normas de tráfico.
Ante tamaña tontería casi que ni es necesaria respuesta. Los ineptos se descalifican a si mismos, los inútiles demuestran con cada nueva metedura de pata su incapacidad para los trabajos propuestos. Lo he dicho ya en varias ocasiones, Vivas presentó a 'Pinocho' Bel como su Pavón, con la diferencia de que el central ya no juega ni en el Zaragoza, y que Bel sigue en cambio gozando de la confianza de Don Juan I de Ceuta y II de Jáudenes.
De lo que no me cabe la menor duda es de que Yolanda no teme en absoluto que la vigilen. Seguramente, hubiese vivido muy feliz en la Rusia de Stalin o la Alemania de Hitler. Allí todo el mundo obedecía sin reservas y sin preguntas al líder, y a nadie se le pasaba por la cabeza hacer chistes sobre su regia figura, aunque fuese bajito y con bigote.