- Alucinado por las noticias de Libia, Barack Obama anunció que todas las tropas de EE.UU. abandonarán Iraq antes del 31 de diciembre de este año.

El presidente se mostró desgastado, cuando afirmó que estaba cumpliendo una promesa electoral de terminar la guerra, aunque en realidad había estado apoyando un esfuerzo del Pentágono por llegar a un acuerdo con el primer ministro de Iraq, a fin de mantener indefinidamente bases estadounidenses y varios miles de soldados en ese país.

Las conversaciones se rompieron porque los miembros del parlamento de Muqtada al-Sadr y otros nacionalistas Iraquíes, insistieron en que los soldados estadounidenses estuvieran sometidos a la ley Iraquí. En todos los países en los que tiene bases, EE.UU. insiste en garantías de inmunidad legal y se niega a que sus soldados sean juzgados por extranjeros. En Iraq el tema es particularmente delicado después de numerosos asesinatos de civiles y del escándalo de Abu Ghraib en el que prisioneros Iraquíes fueron humillados sexualmente. En casi todos los casos en los que tribunales estadounidenses juzgaron a soldados de EE.UU., estos han sido absueltos o recibieron sentencias de prisión relativamente leves.

La retirada final de las tropas marca la derrota total del proyecto de los neo-conservadores liderados por Bush. Utilizar la invasión de 2003 para convertir al país en una segura democracia pro occidental y una guarnición de bases de EE.UU. que pudiera aplicar presión sobre Siria e Irán ha sido aniquilado totalmente.

Sus esperanzas de convertir Iraq en un modelo democrático en Medio Oriente se han derrumbado. La inestabilidad y el derramamiento de sangre desencadenados por EE.UU. en Iraq fueron el ejemplo que los árabes querían evitar. La ofensiva por la democracia en Egipto y Túnez ha hecho más por galvanizar a la región y debilitar a sus dictaduras que todo lo que hizo EE.UU. en Iraq. Cuando amaneció la primavera árabe, el Gobierno iraquí se vio a la defensiva cuando los manifestantes salieron a las calles de Bagdad y Basora para protestar contra el autoritarismo del primer ministro Iraqui y su represión, apoyada por el gobierno de EE.UU., contra la actividad sindical.

Los republicanos estadounidenses acusan a Obama de ceder ante Irán al sacar a todas las tropas de EE.UU. de Iraq. Su reacción automática es instructiva y solo muestra la bancarrota de sus consignas, ya que fue Bush el que ofreció a Teherán su oportunidad estratégica al invadir Iraq, así como fue Bush en las últimas semanas de su presidencia quien firmó el acuerdo de retirar a todos los soldados de EE.UU., que Obama esperaba modificar. Pero el senador John McCain tuvo razón cuando dijo que el anuncio de Obama se verá “como una victoria estratégica de “nuestros enemigos” en Medio Oriente, especialmente el régimen Iraní, que ha trabajado incansablemente por asegurar una retirada total de las tropas de EE.UU. de Iraq”. Lamentablemente no culpó a Bush (y Tony Blair) que hicieron que todo fuera posible.

Lo que verdaderamente ha “animado” a EE.UU ha ir esta guerra, era un pequeño grupo de neo conservadores, muchos de ellos con vínculos estrechos con el Partido Likud israelí. Además, líderes clave de las principales organizaciones del Lobby prestaron sus voces para la campaña a favor de la guerra. Según la revista 'Forward', mientras el presidente Bush intentaba vender la guerra de Irak las organizaciones prosionistas más importantes de los EE. UU. se unieron en una sola para defenderlo. Declaración tras declaración, los líderes de las organizaciones resaltaron la necesidad de liberar al mundo de Saddam Hussein y de sus armas de destrucción masiva. siguen diciendo que “la preocupación por la seguridad de Israel influyó legítimamente en las deliberaciones de los principales grupos judíos”.

Los neo conservadores ya estaban determinados a derrocar a Saddam antes de que Bush llegase a la presidencia. Ya habían causado una conmoción a principios de 1998 al publicar dos cartas abiertas al presidente Clinton pidiendo que se retirase a Saddam del poder. Los firmante, muchos de los cuales tenían vínculos estrechos con grupos pro-Israel, no tuvieron muchos problemas para convencer a la administración Clinton de que adoptase la meta general de expulsar a Saddam. Pero los neo conservadores no fueron capaces de vender una guerra para alcanzar ese objetivo. Como tampoco fueron capaces de generar mucho entusiasmo hacia la invasión de Irak en los primeros meses de la administración Bush. Con todo lo importantes que fueron los neo conservadores para conseguir la guerra de Irak, necesitaron ayuda para alcanzar su meta.

Lo que realmente le interesa ha EE,UU, en oriente medio es la estabilidad de Israel, potencia militar que no es árabe ni islámica en la zona.