Habiendo sido aludido en una noticia aparecida en el día de hoy en relación a un grupo de Facebook que critica la actitud insultante en la crítica del Sr. Aróstegui, me gustaría realizar las siguientes puntualizaciones respecto del mismo que eviten tanto interpretaciones erróneas como victimismos impropios:

Como funcionario docente del Ministerio de Educación, que lo es; como representante de la administración educativa en su centro, que lo es; como representante y presidente de la junta de personal docente; como secretario general de CCOO y como líder de una opción política democrática, merece todo mi respeto. Ahora bien, entiendo que la gestión de cualquiera que ostente otro tipo de representación puede ser contemplada desde la diferencia y ser merecedora de crítica, sin que ello justifique las formas insultantes que, a mi juicio, utiliza públicamente.

Es precisamente por ello por lo que me permito señalar en el enlace al que se alude en la información, que en cualquier ámbito de la vida –y mucho más en el educativo en el que los alumnos no sólo aprenden “con” quien les enseña sino también “de” quienes le son referencia educativa– la asertividad se convierte en un instrumento de extraordinaria capacidad educativa en tanto que supone la habilidad para expresar nuestras críticas, nuestras opiniones en contra, nuestros desacuerdos, pero de una manera amable, franca, abierta y directa, logrando decir todo aquello que queremos sin necesidad de ofender a los demás.

Discrepemos, pongamos encima de la mesa las diferencias, y no permanezcamos callados, pero hagámoslo de manera asertiva, sin insultos, sin agresividad. Seguro que las distancias se aproximan, los ciudadanos lo agradecen y se benefician de ello, y los más jóvenes encuentran la línea a trazar entre la pasividad silenciosa y la ruidosa agresividad.

Aquilino Melgar es director provincial del Ministerio de Educación