- El ataque furibundo sobre nuestro Estado de Bienestar ya ha abierto importantes brechas, como ha sucedido en la sanidad, la educación, problemas de crédito y de crecimiento, que siguen manteniendo una situación de incertidumbre sobre millones de parados y de jóvenes, amenazados por su futuro profesional.

Esperemos que en el próximo Consejo Europeo, el acuerdo de los dos principales partidos de nuestro país con otras previsibles adhesiones políticas, posibilite unas mejores condiciones europeas sobre la situación económica de España.

Ojalá que las condiciones puedan mejorar, pero el peligro sigue estando latente y los intereses insolidarios de la derecha europea y nacional están muy arraigados en la ideología neoliberal, que es implacable en la adopción de medidas, que bajo pretexto de ser imprescindibles, provocan desazón, sufrimiento y el recorte de los derechos, que millones de ciudadanos con su esfuerzo y una vida de trabajo deben seguir manteniendo.

Ha habido un acuerdo para defender nuestros intereses económicos básicos en Europa, que tenga buena suerte en la consecución de sus objetivos: Empleo juvenil, crecimiento... Al margen de lo indicado y de acuerdo a lo manifestado en el párrafo anterior, el Gobierno actual ha advertido de posibles cambios, que afectarían al sistema de pensiones. Cambios que tendrían que ver con rebajas y recortes. No pretendo ser alarmista ni crear más preocupación en los ciudadanos, pero una serie de evidencias, nos indican que después de los acuerdos de la reunión de expertos se han planteado posibles modificaciones.

Es factible una rebaja de la pensión inicial en función de la esperanza de vida, por el llamado “Factor de equidad intergeneracional”. Es posible que las pensiones no se revaloricen por el IPC. Quedarían fuera de la inflación y podrían perder poder adquisitivo especialmente en tiempo de crisis. Estas circunstancias podrían afectar a los pensionistas actuales y futuros, en el segundo supuesto, afectando el primero a los futuros pensionistas.

Se habla de posibles cláusulas suelo que impidan la caída de las pensiones de los ya jubilados, que el Gobierno de turno podría aportar más ingresos a través de impuestos o de los presupuestos, aplicaciones en grados y bajo modalidades distintas, por razones de justicia y prudencia. Compensación en años de bonanza… Pero el partido que sustenta al actual Gobierno, en campaña electoral, ya prometió y adquirió varios compromisos públicos que han resultado ser una falacia: “No se tocará la educación, la sanidad y las pensiones”. Ya sabemos lo que ha sucedido con la sanidad, copago farmacéutico, no cejar en los recortes y puertas abiertas a la privatización... En educación, subidas de la ratio, disminución de profesorado, ataques a la Escuela Pública, recortes en las becas, descompensación del equilibrio social, donde saldrán perjudicados los hijos de las familias con menos poder adquisitivo… Las barreras de contención de las pensiones están en peligro.

Es necesario fortalecer, apuntalar las barreras y que los diques de contención sean inexpugnables ante posibles amenazas para nuestros jubilados, actuales y futuros. La reforma de las pensiones, que ha entrado en vigor el 1 de enero de este año se realizó por el Partido Socialista gobernando, con el consenso de los sindicatos y los empresarios; con el concurso del Pacto de Toledo y con el apoyo de parte de los partidos políticos. El PSOE defenderá las barreras de contención: Oponiéndose drásticamente a que una posible solución sea rebajar las pensiones. No apoyará ningún cambio que no tenga el respaldo de los sindicatos. Considera completamente válida la reforma que se está aplicando actualmente, mostrándose dispuesto a hablar de cómo aplicar el factor de sostenibilidad ya previsto en esta Ley, siempre que no pretenda hacerse a costa de bajar las pensiones.

Las pensiones son un derecho garantizado por justicia social. Pensiones dignas que llevan décadas establecidas y reconocidas. Garantizadas por un sistema público que es más fiable que el privado. Hay muchas familias que están subsistiendo gracias a las pensiones de los abuelos. También hay que resaltar que pueden peligrar las pensiones de los ciudadanos que no pueden cotizar, porque no tienen trabajo.

Esperemos que las barreras que fortalezcan los sindicatos, la gran muralla que suponen los millones de pensionistas, hagan reflexionar al Gobierno, porque una brecha más y en este sector, podría arrasar irremisiblemente los cimientos del actual ejecutivo. Si el Sr. Rajoy últimamente no deja de repetir que lo peor ha pasado, que cada vez estaremos mejor, ¿por qué pueden verse afectadas, con posibles recortes y menor poder adquisitivo las pensiones, que constituyen un pilar esencial del Estado de Bienestar?.